Tu Bishvat
Kabalat shabat en el espíritu de Tu Bishvat
¿Quién ama la vida?
¿Quién es aquel que ama la vida
y desea ver muchos días de prosperidad?
Preserva tu lengua del mal
y tus labios de la mentira,
aléjate del mal, haz el bien,
busca la paz y persíguela.
Bendito eres tú, Adonai, Dios nuestro, rey del universo,
que nos santificaste con tus preceptos y nos ordenaste
encender las velas de shabat.
Así como todo aquello que crece en la tierra contiene una semilla que, al sembrarla, produce nuevas plantas y retoños, así es el hombre: todo lo que él inventa, por medio de la pureza de su pensamiento y la capacidad de sus acciones, es como una siembra de la que crecerán y florecerán un sinfín de nuevas plantas.
(Rabino Yaakov Moshe Charlap)
Un ciprés
Letra: Ehud Manor
Música: Ariel Zilber
Y yo he visto un ciprés
parado en un campo frente al sol
en el calor sofocante, en la helada y la tormenta.
Se ladeaba el ciprés
sin quebrarse, su copa inclinaba hasta el pasto
y de pronto, frente al mar
se alzó el ciprés verde y alto.
He aquí un ciprés, solito
contra el viento y la marea,
un ciprés solo hasta el cielo,
un ciprés solo, robusto.
Si tan solo yo aprendiera
de un árbol, ya quisiera.
Pues yo soy como un bebé
que el sol no aguanta, se quiebra
ante el calor sofocante, la helada y la tormenta.
Kidush para la noche del Shabat
“Y Dios bendijo el séptimo día y lo santificó” – lo bendijo con el brillo del rostro del hombre, lo santificó con el brillo del rostro del hombre: no brilla igual el semblante del hombre durante la semana que en el sábado. (Bereshit Rabá 11)
Sexto día. Quedaron concluidos el cielo y la tierra, y todo lo que ellos contienen. Habiendo concluido su obra en el día séptimo, Dios cesó en aquel día toda Su creación que Él había hecho. Dios bendijo al día séptimo y lo consagró, ya que en él cesó toda su obra.
Bendición del vino:
Sabri maranán verabanán verabotai
Bendito eres tú, Adonai, Dios nuestro, rey del universo, creador del fruto de la vid.
Así marchan
los que plantan
júbilo en el corazón, pala en mano,
desde la ciudad y desde el campo,
desde el valle y la montaña
en Tu Bishvat
en Tu Bishvat
¿Por qué han venido, plantadores?
El suelo y la roca golpearemos
y los hoyos cavaremos
en Tu Bishvat
en Tu Bishvat
¿Qué habrá aquí, plantadores?
Un retoño en cada hoyo
un bosque eterno su sombra extenderá
sobre nuestra sufrida tierra
en Tu Bishvat
en Tu Bishvat
Honi Ha´meagel caminaba por un sendero cuando vio a un hombre que plantaba un algarrobo. Le preguntó: “¿Cuántos años tardará en dar frutos este árbol?” “Setenta años”, le respondió el hombre. “Acaso crees que vivirás setena años y que podrás comer de él?”, preguntó Honi, a lo cual, el hombre le respondió: “Yo he hallado al mundo con algarrobos; así como mis padres los han plantado para mí, así yo los plantaré para mis hijos”.
Bendición del pan
Bendito eres tú, Adonai, Dios nuestro, rey del universo,
que extraes el pan de la tierra.
Ahora a enamorarse
Letra y música: Meir Ariel
Mira, mira esa flor
cómo se ha acomodado en el amor
como un rey con corona de estambre
y cetro de pistilo.
Al emanar la flor un aroma, le envían una abeja que penetra en su interior,
extrae su dulce néctar y vuela
y así se adhieren el pistilo con el polen.
Sí, logra la flor satisfacción plena,
se realizará en todo su potencial.
Será también fruto de mermelada y vino,
y su néctar en miel se tornará.
Por eso,
abre una mirilla a la dulce luz
una ventana a los ventrículos del corazón,
Ahora se puede, ahora se puede, se puede ahora,
germinar, amar amar,
Porque la miel derrama aroma de cítricos
y el vino emana aroma de fruto en ciernes
Por eso ahora se puede, se puede ahora
mezclarse, amarse, amarse, amarse
se puede, se puede ahora, ahora se puede
se puede, se puede ahora enamorarse.
Mira, mira los ciclos que se besan -
espléndida francesa.
El ciclo del fruto, el ciclo de la miel,
zumba todo lo que lo rodea.
Hubo una vez uno llamado “alguno”
que se la pasaba de estornudo en estornudo,
le dijeron: “alguno, toma un pañuelo”
y respondió:” ¡los pañuelos son para tontuelos!”
¡Qué alguno tan inoportuno!
Abre una mirilla a la dulce luz…
Volvemos al final de la temporada de naranjas,
y caminamos sin prisa.
Dulce papi tiene eso
que dulce mami precisa.
Por eso
abre una mirilla a la dulce luz…

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