Y tú ni siquiera sabes que no estás,
y así estás tumbada allí, tan bella.
Dentro de las tan horribles ruinas
está tu frente adornada con tu dorado cabello
y el anillo acaricia la palma de tu mano.

¿Y quién te rescatará de allí, hermosa niña?
Y, ¿quién tendrá el coraje de cubrir tu rostro 
con la negra y áspera frazada?

Y tú ni siquiera sabes que no estás,

y tu alma flota por encima de la plaza de múltiples brazos,
por encima de la hermosa plaza,
la bulliciosa plaza,
la bulliciosa plaza.

Y tu alma pasa por encima de esta tierra,
sobre los extensos campos labrados,
más allá de los rojos techos,
por encima del mar.

Y visitas a papá y a mamá,
y el bonito amueblado y los cuadros en las paredes
parecen como si fueran los mismos de siempre.

Y tú sabes que ellos saben,
y los ves, silenciosos.
Y tú sabes que ellos saben.

Abrázalos, hermosa niña,
porque tu papá y tu mamá están llorando por ti,
pues es por ti que lloramos,
porque ha llegado el tiempo del silencio.

 

Autora: Mirik Gerzi
Fue escrito el 20.10.1994 en memoria de Shira Meroz-Kot, de 20 años, que fue asesinada por un vil terrorista en el atentado perpetrado el 19 de octubre de 1994 en Dizengoff, en el autobús de la línea 5.
Shira era hija de Lea y Oded Meroz de Beit Hashitá.