S. Breznitz
Terremoto humano
Para combatir los cambios que muy probablemente se producirán en la imagen colectiva del Holocausto, será necesario tomar más acciones. Es necesario encontrar un nuevo lenguaje de imágenes que sea capaz de preservar mejor el mensaje judío. Para aclarar lo anterior daré varios ejemplos: Pregunta: “¿cuántos murieron?” Respuesta: “seis millones”. Pregunta: "¿Es eso mucho?" Respuesta: "Sí, mucho". Pero, la respuesta podría ser: “Imagínate que cada palabra de la Torá simbolizara el nombre de un judío asesinado en el Holocausto. Y, a diferencia de la Torá, cuya lectura desde el principio hasta el fin nos lleva aproximadamente un año, para leer el sagrado libro de los nombres necesitaríamos setenta y cinco años". Y la respuesta podría ser también: “Imagínate una cola de personas en la que cada una se encuentra a un metro de distancia de la otra. La cola empieza en Jerusalén, se adelanta entre los olivos de las colinas de Judea, desciende a los huertos de cítricos en la región de Sharón, llega a la playa, entra al agua y pasa muy cerca de Chipre y Creta, llega a Peloponesia, cruza la antigua Grecia, vuelve a entrar al mar por el oeste y sale cerca de la antigua Roma. La cola infinita de judíos jóvenes y ancianos, parados a una distancia de un metro el uno del otro, se dirige ahora al norte para cruzar los Alpes y llega a lo que fuera antes el Reino Alemán y, aún apretada y sinuosa, se encuentra finalmente frente a las puertas de Auschwitz. Desde allí - por más increíble que parezca - la columna gira y avanza a través de toda la sangrienta Europa y vuelve a Jerusalén, donde se cierra el círculo de personas. Un círculo formado por seis millones de personas.”