¿Has visto cuánta belleza
ha titilado en el viento otoñal?
Un campo de oro se apagó en la oscuridad
y encendió velas de drimia.

¿Has viso cuán rojo es el grito
que ha sido clamado a gran distancia?
El que era antes un campo de sangre
es ahora un campo de amapolas.

No arranques flores, hijo,
algunas flores son efímeras,
hay flores que, hasta el infinito,
permanecen en la melodía.
No arranques flores, hijo,
algunas flores son efímeras,
hay flores que, hasta el infinito,
están con la melodía.

¿Has visto qué negro se ha puesto allí?
Es un campo de espinas, hijo,
que estaba abandonado en el verano
y que, ahora, es un campo arado.

¿Has visto cuánta blancura?
Es un campo de llanto, hijo,
sus lágrimas se convirtieron en piedra
y sus piedras flores lloraron.

No arranques flores, hijo...