Oh mi puesto de guardia
Yehiel Mohar
Moshé Levinsky
Hay quien vive en una cabaña precaria
hay quien habita en un palacio
un tercero tiene casa fija,
y un cuarto en Don Pobretón
¿Pero de qué estamos hablando?
¿Existe una vivienda parecida a esta?
Ni siquiera pagamos alquiler
pero nos pidieron quedarnos.
Oh, mi puesto de combate, o mi puesto de guardia
mi casa sin paredes
oh, mi cocina, oh mi camastro
y las estrellas alumbrando.
Es cierto, no hay aquí mucho lujo
y la única calefacción,
es el calor del corazón y el fuego de la batalla
contra mi puesto de combate.
En Tel Aviv ahora hay cine
y muchachas de mil colores.
Y nosotros acá acostados
miramos las estrellas, sin movernos.