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Fuentes y filosofía/
Pesaj

Guerti A. , Laví

¡Búmhera! - Austria

1994.

Las Noches del Seder, en aquellos buenos tiempos en Viena, no eran algo especial, porque toda la familia extendida estaba siempre junta, incluso en cada noche de Shabat estábamos todos en lo del abuelo y la abuela. En las Noches del Seder, la abuela siempre dejaba un lugar o dos libres, porque no había un solo año en que el abuelo no trajera del templo a alguien "sin Seder", y nosotros los niños aprendimos a tratarlo con respeto y servirle todo primero, porque era un invitado de honor.

 

Todos en la familia cantábamos muy bonito, a muchas voces, y cantar junto con todos era un verdadero placer. El tío Yudzi (Yosef), el hermano mayor, era el tío gracioso. Siempre dejábamos de respirar cuando llegábamos a la palabra "Bimherá" (Prontamente), porque el tío Yudzi nos guiñaba un ojo a los niños, y cantaba a viva voz: "¡Búmhera!" Todos los años lo mismo, y los niños nunca nos hartábamos de eso.

 

El último Seder fue totalmente distinto. Corrían los días de Hitler, y los nazis ya dominaban Viena. No hubo alegría ni risas, solo preocupación. Estábamos preocupados por lo que sería de todos nosotros y, en especial, qué sería de los niños. Mi abuela ya no vivía, y los tíos y tías decían que era mejor así, mejor que no hubiera visto a mi abuelo arrojado a la calle a limpiar la vereda de rodillas. Mi abuelo ya no era el que conocí, que me colocaba sobre sus rodillas y me llamaba "ezes ponim" (mi caradura; ¡siempre creí que se trataba de un apodo cariñoso!). Sobre las ventanas ya no había cortinas de encaje, sino gruesas tablas verdes, que nadie viera desde afuera, Dios nos guarde. Mi abuelo ya no traía una persona a casa, sino muchas personas que habían perdido su familia y su casa. Tres primas grandes ya estaban en Inglaterra, dos en Holanda, y yo estaba por viajar a Inglaterra sola, con un "Kinder Transport". Hicimos todo lo que teníamos que hacer en la Noche del Seder, pero todo en silencio y deprimidos, y mi mamá lloraba.

 

Salvo mi mamá, todos los que estaban allí perecieron en la Shoá.

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