Las cuatro especies
Cada una de las cuatro plantas que los judíos traen a sus tabernáculos son Eretz Israel, pero cada una es diferente, botánicamente hablando, de sus compañeras.
La aravá (sauce) y el etrog necesitan una gran cantidad de agua para crecer. El lulav (palma) y el hadás (mirto) pueden crecer con menos agua. Ello es importante, debido a que las fuentes de agua en Israel son escasas en muchas zonas, y abundantes en otras.
El clima también constituye un factor significativo. A las palmeras les gusta el calor y la sequedad, pero no dan muchos frutos a lo largo de la costa, donde hace mucho calor en verano, pero hay también mucha humedad. Los mirtos prefieren las frías zonas montañosas. El sauce crece casi en cualquier lugar del Mediterráneo, pero en Israel, con tan pocas lluvias, lo hace solo junto a fuentes de agua que son generosas todo el año.
Por ello está claro que la Torá eligió cuatro especies tomando aquellas que están dispersas por Eretz Israel. Israel quizás es pequeño, pero con muchos tipos de clima y una geografía cambiante. Cada una de las cuatro especies representa una zona geográfica diferente:
Etrog: las zonas costeras del norte y los valles.
Lulav: el desierto.
Hadás: las montañas.
Aravá: fuentes de agua.

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