Sh. I. Agnón
Muchas velas iluminan
"Tmol Shilshom", pág. 262
Shabat. Todos los rostros iracundos se han marchado, toda voz es bondadosa y suave, y de todo hogar, de todo patio, muchas velas iluminan. Aquí se enciende un candelabro, allí una lámpara de aceite; allí una fuente llena con aceite de olivo, y aquí velas blancas y puras. Aquí, dos velas para recordar y cumplir, enfrente, dos Tablas de la Ley y aquí, diez velas por los Diez Mandamientos, aquí siete velas por los Siete Días, y allí doce velas por las Doce Tribus de Israel. Por aquí, velas en número como el de las almas que pueblan el hogar, y más allá, velas sin número. Hay casas y patios que todas las noches escatiman luz de vela. Llega Shabat, y toda la casa irradia luz.
Las personas que en los días de semana no te importan, lucen a esa hora como seres sublimes, los rostros iracundos dejan paso a ojos radiantes.
A esa hora se ven en el cielo todo tipo de finos matices, sea porque los vestidos de Shabat se reflejan en ellos, o porque el brillo del firmamento se refleja en ellos al hacer el Shabat su entrada.

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