Purim es una Fiesta Secular
Beit Alfa, 1964
"Hoy es Purim, mañana es un día hábil".
Así empieza una conocida canción, pero no está actualizada, ya que cuando Purim se celebra un viernes, al día siguiente es shabat y sobre él se proyecta el esplendor de la fiesta, más aún porque se trata de la fiesta de los niños... Pero para qué entrar en detalles, nuestros días hábiles son iguales, mañana como ayer, anteayer como pasado mañana, y las fiestas y alegrías les confieren un matiz más colorido.
Como un grupo de gente secular que, en sus comienzos, se alejó consciente y deliberadamente de cualquier tradición religiosa judía, el kibbutz se desvinculó de las pautas tradicionales de las festividades que durante generaciones habían sido usuales en el judaísmo europeo.
Se han hecho, y aún se hacen, intentos para crear nuevas pautas contemporáneas y locales. Se ha intentado, y más de una vez de manera ridícula, reunir fragmentos tradicionales que no son estrictamente religiosos para agregarles un toque sionista pionero y una pizca de la vivencia agrícola socialista, y fusionarlos en un creación cultural kibutziana. Pero este guiso-festividad carece de esa sensación de identificación emocional personal que es común en los círculos religiosos. El resultado es unas fiestas alegres en las que la alegría de los corazones y el sentimiento festivo apenas se perciben y cuyo éxito depende del talento de la comisión de cultura. Las fiestas de los niños carecen de un significado más profundo para los adultos, que son un público más pasivo y generalmente aburrido.
Las excepciones son Purim y el Día de la Independencia. Éste último también se apaga gradualmente...
Purim es una fiesta secular, algo que no es típico de las festividades judías. Meguilat Ester carece de una impronta claramente religiosa, D's no aparece en ella ni una sola una vez y los nombres de los protagonistas son de origen persa y provienen de dioses acadios.
El relato en sí es una historia típica de la corte real, en la cual las mentiras y las intrigas ocupan un lugar central. La imagen de Ester como una mujer piadosa es bastante dudosa, y también el heroísmo de Mordejai está muy lejos de la valentía de los héroes nacionales clásicos como los Macabeos, por ejemplo. Incluso la costumbre de comer oznei Amán suena bastante bárbara...
Mientras que el resto de las festividades judías son contenidas y severas, en esta celebración el libertinaje y la alegría están permitidos y los disfraces alegres son obligatorios (a pesar de la prohibición de que "un hombre no debe vestir ropa de mujer y viceversa"…).

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