Rav Yaron
Cada uno es una vela pequeña
Beerot Itzhak, Janucá, 5762
Hay un encanto especial en la fiesta de Janucá.
T-o-d-o-s la celebran.
Los sionistas, porque fue establecida por la victoria en una guerra.
Los religiosos, porque fue determinada debido a la purificación del Mikdash. Inclusive entre los judíos de la diáspora, que ya ni siquiera observan Yom Kipur, Janucá goza de una posición especial "gracias" a ese hombre, porque los cristianos celebran, salvando las diferencias, su fiesta en una fecha próxima a ésta, y los judíos de la diáspora siempre han sentido la necesidad de festejar algo nuestro en sus respectivos lugares. De hecho, la festividad de Purim tiene una característica similar: es celebrada por todos los sectores del pueblo, pero creo que en el caso de Purim tiene más que ver con el tipo de festejo: los disfraces, las matracas y la comida. En cambio, el símbolo de Janucá no es una una rosquilla sino precisamente la menorá. ¿Cuál es el poder de la menorá para inculcar esa atmósfera de unidad entre judíos?
No hay nada especial en esas pequeñas velas alineadas en fila. Cada día se agrega otra pequeña vela.
Es verdad que una vela no aporta mucha luz, pero estas velas no están destinadas a iluminar.
No está permitido usar su luz, pero cada vela tiene un significado especial. Una vela no se parece a otra, así como el día de hoy es diferente del de ayer sólo porque hoy se agrega una pequeña vela.
En un día normal, ni siquiera contaríamos la cantidad de velas, y definiríamos la janukiá como "una cantidad de velas ubicadas una junto a la otra". Pero en Janucá todos son muy cuidadosos con la cantidad de velas, y quien ve una janukiá encendida en la ventana o junto a la puerta no puede evitar contar las velas.
"Cada uno es una luz pequeña, y todos juntos somos una luz intensa". Cada uno de nosotros es esa pequeña vela en la janukiá.
Al parecer, una persona más no agrega mucho al mundo. Pero la verdad es que cada uno de nosotros, como la vela en la janukiá, es quien hace la diferencia entre ayer y hoy. Cada persona es única e irremplazable. Cada uno debe descubrir las fuerzas que le son inherentes y aprovecharlas para que el día de hoy sea diferente del de ayer. Esto es lo que Janucá dice a cada uno de nosotros:
Así como los Jashmonaim entendieron que sólo ellos podrían cambiar la gran historia en virtud de su determinación y su voluntad, cada uno de nosotros debe sentir que sólo él puede cambiar la historia. "Cada uno es una vela pequeña y todos juntos somos una luz intensa", no muchas luces pequeñas, sino una sola luz intensa. Cuando cada uno de nosotros conoce su propio significado como esa pequeña luz, puede unirse con otras luces y crear una gran luz.
"Una nueva luz alumbará a Sion, y todos gozaremos pronto de su luz".
¡Feliz Fiesta de las Luminarias!
Rav Yaron
Categorías: Fuentes y textos, la Edad Moderna y el sionismo, reflexión, costumbres de la fiesta, luz
Palabras clave: Macabim, velas de Janucá