Construcción de la Sucá
La Biblia describe solo un caso en el que los Hijos de Israel construyeron tabernáculos (Sucot), y fue durante el regreso del exilio de Babilonia. En el libro de Nejemia, capítulo 8, se describen los eventos acaecidos en el siglo quinto antes de la era común, cuando los judíos intentaron repoblar la tierra ancestral:
"Y que proclamaran en todas sus ciudades y en Jerusalén diciendo: 'Id al monte y recoged ramas de olivo, ramas de arrayán, ramas de palma y ramas de árboles frondosos, para hacer enramadas conforme a lo que está escrito'. De tal suerte que fue el pueblo y recogió las ramas, e hicieron cabañas, cada cual sobre el propio techo de su casa, en sus patios…"
Parece ser que, en aquellos días, la costumbre era construir la sucá a partir de los materiales de las cuatro especies. Las tradiciones rabínicas más tardías flexibilizaron las reglas, e institucionalizaron los principios para la construcción de la sucá:
Las paredes deben ser de materiales provisorios: madera, palos y tela son preferibles a ladrillos o cemento. Con tres paredes alcanza.
La parte más importante es qué se pondrá arriba.
El enramado debe ser solo de ramas que ya no están conectadas con la tierra. Hay que asegurarse que la sucá esté debajo del cielo y no debajo de ningún techo o del manzano del vecino. El enramado del techo debe ser suficiente para dar sombra, pero no demasiada, para no tapar del todo la vista del cielo.