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Fuentes y filosofía/
Tel Hai

Berl Katzenelson

Defensores de Tel Chai en su Vida y en su Muerte

Adar B, 5689 (1929)

El pequeño grupo de personas que preservaron con su vida la guardia en el norte, estando aislados y abandonados, rasgados y desgastados, hambrientos y congelados, ganaron de parte de la historia hebrea ser conmemorados luego de su muerte con la luz y el brillo de los héroes nacionales. Hay aquellos que con el paso del tiempo, sus nombres no han sido olvidados, cuya dignidad no fue profanada, lo que a los ojos de la gente no se convirtió en "biryonim" o "sikrikin". Hay aquellos que con el paso del tiempo, la etapa del niño hebreo corre hacia ellos, que el Lord Judío Inglés les coloca una lápida que el político sionista [1],que enseñó de hecho los días de Tel Chai, ya que «si nosotros por nosotros mismos queremos pararnos y defender esos lugares, no obtendremos nada» - haciéndoles coronas y tomando sus nombres. Hay aquellos que con el paso del tiempo, que dicha esquina aislada, que durante años los obreros se molestaron ya que revivir de su desolación es la cara de los eventos y después de los eventos- sin ayuda y sin comprensión en nuestros círculos «nacionales» - se convierte ahora en una colina de vida - que el camino a ella está lleno de gente.

 

Pero también en día de fiesta que no se difame la verdad histórica, y que la gente de Tel Chai no debe ser engañada por una acusación falsa que no les resulta inapropiada. No hay que olvidar que la batalla es doble donde se levantaron y cayeron los héroes de Tel Chai: no solo en la batalla con usurpadores y ladrones de afuera, que vienen a destruir los valles de paz de trabajo, sino que también en la batalla en contra de la indiferencia, la debilidad, la alienación y miedo en el hogar, dentro de la propia comunidad y entre sus líderes. No olviden la terrible soledad, con la que allí se enfrentaron los hombre en su vida y cuál fue la relación a ellos y la ayuda de los apoderados, de los que podía influir y los dueños del entendimiento «la política pura»[2]. Y allí también recordar, y no olvidar, cuál era el rostro moral y social de la gente de Tel Chai: hombres de trabajo, hombres de grupo, hombres de revolución y socialismo. Su mundo espiritual era justamente «una mezcla» según los demás [3]. En nuestro idioma: Una mezcla esencial del amor de las personas y la tierra con los principios de la moral del trabajo y la justicia social. Y tal vez esa mezcla, que nutrió sus almas y que puede ser denigrado por los profetas del nacionalismo "puro", es la que los formó a ellos - y no a otros - a los santificadores del nombre de la nación a la hora de la prueba, es la que los convirtió en verdaderos pioneros, aquellos que van hacia el futuro, los que allanan el camino de la vida de trabajo a la nación redimida.

1) Se refiere a Jabotinsky que dijo como observador en la reunión del Comité Provisional para los Judíos de Eretz Israel: «Creo que todos los que están en la región francesa deberían regresar a la Tierra de Israel»

2) Berl Katzelson insinúa, aquí y en otros lugares del artículo, a los revisionistas y entre ellos Jabotinsky que alegaron que la crisis en el norte se debe solucionar por medio de una acción política que cause el involucramiento de las potencias.

3) Aquí y en la mención de los profetas del nacionalismo «puro» insinúa Katzenelson a los círculos del centro y revisionistas que alegaron en nombre del nacionalismo «puro» y limpio de intereses en contra de la lucha de «estratos» que mezcló al movimiento de trabajo en la acción sionista, un lucha que Katzenelson y el movimiento laborista vieron como inseparable del acto sionista, para la construcción de una sociedad judía justa en la Tierra de Israel.

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