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Fuentes y filosofía/
Sucot

Ein Jarod, años '20

Este año celebramos la Fiesta de modo especial. Sobre la era fue erigida una sucá de guardia judía, adornada con hojas de palma. En el último día de la Fiesta de la Cosecha hubo una gran celebración. Se prepararon en la sucá frutas de Eretz Israel: bananas, dátiles, granadas, higos y especies dulces.

 

Los niños fueron invitados a la Fiesta con los demás niños de la zona y, por la tarde, partieron hacia la era, a la sucá, y allí comenzaron a cantar. Todos los habitantes de Ein Jarod vinieron a ver el festejo. Por sobre la sucá aparecieron los Ushpizín (los Padres de la Nación que, según la tradición, vienen a hospedarse en la sucá). Eran niños disfrazados, que bendijeron el nuevo año. Después de degustar las frutas, terminó una de las partes de la Fiesta.

 

La parte central de la Fiesta comenzó recién a la noche. La campana de Ein Jarod resonó, y todos se reunieron junto a la Casa de los Niños. Salieron todos los niños con faroles de colores, con lulavim, y las niñas con vasijas. La procesión se dirigió en medio de cánticos hasta la cueva de donde sale el manantial de Ein Jarod. Los niños entraron y encendieron velas que estaban adheridas a salientes de la roca en cada esquina de la cueva, que se veía fantástica con toda esa iluminación. Los niños y las niñas llenaron sus vasijas cantando: "Y extraeréis agua con alegría de los manantiales de la Redención". De allí salieron a la plaza y encendieron una fogata. Rodearon la fogata cantando: "Para la bendición y no para la maldición…", volcaron el agua en el fuego, danzaron y entonaron: "Lluvia, lluvia" y otras canciones. Las filas de danzantes se apretaron. Toda la gente entraba en las filas apretadas.

 

Cuando se apagó la fogata, parte de la gente se fue a seguir con el baile en el comedor. También junto al comedor encendieron una fogata. Se encendió también la chispa interior y, dándose las manos, se formó una ronda y se inició el "Ora". Parte de la gente regresó a la cueva iluminada y, de pie, algo apretujados junto al manantial borboteante, borbotearon ellos también melodías olvidadas: sueños del pasado, sueños del futuro. Las danzas siguieron y siguieron…

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