El lamento de David
2 Samuel 1, 17-27
David compuso este cántico de duelo por la muerte de Saúl y de su hijo Jonatán. Y ordenó que se enseñara el arco a los hijos de Yehudá, tal como está escrito en el Sefer Hayashar[1]. La gloria de Israel yace abatida en tus montes: ¡Cómo han caído los héroes! No lo anunciéis en Gat, ni lo pregonéis en las calles de Ashkelón: para que no se alegren las hijas de los filisteos, para que no lo celebren las hijas de los no circuncidados. Montes de Gilboa: ¡que no caiga sobre vosotros rocío ni lluvia! ¡que no crezca allí el trigo para las ofrendas!, porque allí fue deshonrado el escudo de los héroes - el escudo de Saúl, que no estaba untado en aceite. El arco de Jonatán no retrocedía ante la sangre de los muertos y la grasa de los valientes, y la espada de Saúl no regresaba limpia de ellas. Saúl y Jonatán, personas nobles y amadas en sus vidas, no se han separado en sus muertes. Eran más ligeros que las águilas y más fuertes que los leones. Hijas de Israel - llorad por Saúl, quien os obsequiaba con vestidos carmesí y adornaba vuestras prendas con joyas de oro. ¡Cómo han caído los héroes en la guerra! Jonatán yace muerto en tus montes. Me lamento mucho por ti, Jonatán, mi hermano. Eras muy preciado para mí; tu amor fue para mí más maravilloso que el amor de las mujeres. “¡Cómo han caído los héroes! ¡y cómo han perecido las armas de guerra!
[1] “Sefer Hayashar” – “Libro de Jaser” o Génesis según algunas de las interpretaciones.