Yitzhak Sadeh
Los senderos del heroísmo
El heroísmo no es una cumbre. Es un camino de montañismo, un camino que no tiene saltos. Hay en él también, como en todos los caminos, bifurcaciones. Algunas veces conduce la bifurcación hacia abajo. El camino del heroísmo puro es el que conduce todo el tiempo en una misma dirección: hacia la cima de la montaña.
Intentemos, pues, iluminar nuestro camino, puesto que hay en él riesgos de declives y errores.
Comencemos por aclarar: la base del heroísmo no es el coraje, sino la disposición al autosacrificio. La persona que siente miedo también puede llegar al coraje del heroísmo, siempre que esté dispuesto a sacrificarse. El verdadero heroísmo también se revela en la vida cotidiana. Estamos acostumbrados a atribuir el concepto de heroísmo al ámbito militar por una razón comprensible: del guerrero se requiere de antemano su consentimiento al máximo sacrificio: el de su propia vida. Pero no es ésta la única posibilidad. Es posible que éste sea el camino al heroísmo por excelencia. Sin embargo, a la cima de la montaña conducen miles de senderos.
El heroísmo es ante todo un principio moral. El heroísmo del sacrificio no es fundamentalmente cruel. No se trata de una crueldad. Es la forma más suprema del servicio. Se fundamenta en el amor al prójimo.
Yitzhak Sadeh
Fundador y comandante del Palmaj)

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