Amos Fine
Mi mensaje a la pistola
Tengo algo que decirte, pistola mía. Tú, que reposas sobre mi cadera y me acompañas siempre en mi camino cuando ando entre espinas y arbustos, en la montaña y en el valle, al descubierto o escondiéndome de un acechador; siempre estás conmigo.
Y cuando los enemigos se multiplican en el camino, y cuando cada árbol, arbusto y roca dicen: "¡Ten cuidado!", y cuando la oscuridad se intensifica y cada sombra se percibe como un enemigo y una espina dentro de mí me dice: “¡Retrocede!” - tú me aprietas la cintura y dices: “sigue adelante, estoy contigo, estoy contigo”. Y yo pongo la mano sobre ti y te tanteo para cerciorarme de que así es, de que de verdad estás conmigo; y, entonces, ondas de confianza pasan de ti a mi cintura y me inundan todo el cuerpo.
Tú, que de cada uno de tus órganos depende el destino de mi vida; tú, que dices a mis enemigos: “¡Cuidado!”, que me permites el descanso de dormir cuando te encuentras bajo mi almohada; tú, que generas truenos y relámpagos y fumas y escupes metal -
¡Villana eres!
Lanzas metal ardiente a órganos vivos. Perforas agujeros en las cabezas y corazones de las criaturas de Dios. Hombres fuertes, llenos de vida y energía, capaces de construir edificios y arar campos y crear miles de pistolas como tú - se transforman en un momento en una masa de carne sin vida. Arrebatas a padres de sus hijos, a hijos de sus madres y a compañeros de sus compañeras. Tú, que no sirves para construir edificios, arar campos, cavar un arriate o podar un árbol, ¿para qué has sido creada?
¡Te odio! ¡te odio enormemente! Me da vergüenza tenerte conmigo, pero debo tenerte, y por ello te esconderé debajo de mi ropa para no ser visto en mi vergüenza.
Pero llegará el día en que ya nadie pedirá el alma del otro y ondas de seguridad fluirán alrededor y ya no necesitaré más buscar la seguridad y ayuda de ti - pistola que reposas en mi cintura; y ese día te tomaré en mis manos, te destruiré, empañaré tu rayo y te arrojaré al horno de fundición. Allí se derretirá tu forma, morirás y te convertirás en un desvalido trozo de metal. Y me crearé una compañera diferente para mí, la cual también andará por mi camino y reposará en mi cintura y me brindará la confianza en la vida: las tijeras de podar...
Amos Fine, nacido en Nahalal, murió en la Guerra de la Independencia