Haim Najman Bialik
No podemos explicar
No podemos explicar la razón oculta y maravillosa por la cual todo el "libro", un libro muy valioso y maravilloso, fue condenado a ser ocultado; ese libro en el que se relata la historia de la mayor victoria, el triunfo del espíritu y el poder del pueblo judío, el Libro de los Hassmonaim. ¿Por qué lo ocultaron en nuestro idioma hebreo y permaneció sólo en uno de los idiomas de los cuatro imperios en los que estuvimos sometidos, en lengua griega?
Es difícil explicar el motivo. Tal vez fue un desastre accidental, un golpe, y tal vez haya en ello un cierre de cuentas.
Han quienes suponen que la causa radicó en las tendencias políticas de quienes se oponían a la familia asmonea, pero tanto la memoria de los asmoneos como esta festividad fueron magnífica y minuciosamente preservadas por al pueblo hebreo, porque al conservar las fiestas este pueblo preservó los arcanos de su alma y de su pasado...
Las fiestas se elevan por encima de la chatura de los días de la semana, tal como las montañas se elevan sobre las planicies de la tierra. Y cada montaña elevada da testimonio de los cambios y sacudidas que se han producido debajo de ella en distintos momentos de la antigüedad y que se han acumulado uno tras uno, y desde entonces han levantado un área conocida de la llanura y la han elevado a las alturas. Así también, cada día festivo brinda testimonio de sacudidas profundas, a veces volcánicas, que han ocurrido por debajo del suelo de la nación, no una sino muchas veces consecutivas.
Y sin embargo, cuando queremos escarbar y excavar por debajo de la fiesta nacional, encontramos una capa debajo de otra y un estrato debajo de otro, y la festividad no tiene un solo sentido, sino muchos.
En la historia se observa una tendencia especial a reunir y congregar los grandes acontecimientos y concentrarlos en puntos temporales, determinados y agrupados, y cualquier evento que implica un "cuasi-evento" para una fiesta cualquiera, es atraído tal como el imán atrae al hierro, y se adhiere a ese día de fiesta... No caben dudas de que a esta fiesta de Janucá, que en cierta medida quedó borrosa en nuestra historia por la pérdida del libro, le ha llegado ahora el momento de que se adhieran a ella los acontecimientos imponentes y las crisis que se han abatido sobre nuestro pueblo.
Con el resurgimiento de esta fiesta resurgirá ante nuestra vista nuestra esperanza de redención no sólo en memoria de los asmoneos, sino también en memoria de los fanáticos, de los violentos, cuyo nombre ha sido borrado de nuestra historia.
También ellos renacerán con la fiesta del resurgimiento, la renovada festividad de Janucá, un resurgimiento después del cual no habrá galut. Junto con la memoria de los violentos llegará la redención de todos aquellos que plegaban ese libro bajo sus cabezas, mientras imaginaban en la servidumbre sueños enfermizos y añoraban el renacimiento de la tierra patria.
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