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Fuentes y filosofía/
Día del Perdón

Slijot de Iom Kipur – del Sidur

Venturosos son aquellos que moran en Tu casa; por siempre te alabarán. Venturoso es el pueblo para quien es así; venturoso es el pueblo cuyo D'os es el Eterno.

 

Alabanza de David. Te exaltaré mi D'os, el Rey; y bendeciré Tu Nombre por siempre jamás. Cada día te bendeciré, y loaré Tu Nombre por siempre jamás. Grandioso es el Eterno e inmensamente loado, y Su grandeza es inescrutable. Generación a generación alabará Tus obras, y relatarán Tus hechos portentosos. En la magnificencia gloriosa de Tu majestad y en Tus obras maravillosas yo meditaré. Del poder de Tus actos pavorosos hablarán, y yo relataré Tu grandeza. Proclamarán la remembranza de Tu inmensa bondad, y cantarán jubilosos por Tu rectitud. Lleno de gracia y misericordioso es el Eterno; tardo para la ira y abundante en bondad. El Eterno es bueno hacia todos y Su misericordia se extiende sobre todas Sus obras. Te agradecerán todas Tus obras, oh Eterno, y Tus varones justos te bendecirán. Relatarán la gloria de Tu reino, y de Tu poder hablarán. Para informar a los seres humanos de Sus actos poderosos y de la majestuosa gloria de Su reino. Tu reino es un reino por toda la eternidad, y Tu dominio se extiende sobre todas las generaciones. El Eterno sostiene a los caídos y endereza a todos los encorvados A Ti todos elevan sus ojos con esperanza, y Tú les das su sustento en su tiempo propicio. Tú abres Tu mano y satisfaces los deseos de todo ser vivo. Justo es el Eterno en todos sus caminos, y bondadoso en todas Sus obras. Cercano está el Eterno a todos los que le invocan, a todos los que le invocan con verdad. Él cumplirá la voluntad de los que le temen, y su clamor escuchará y los salvará. El Eterno preserva a todos los que le aman, pero destruirá a todos los malvados. La alabanza del Eterno relatará mi boca, y toda carne bendecirá Su santo Nombre por siempre jamás. Y nosotros bendeciremos al Eterno, desde ahora y para siempre. ¡Haleluyá!

 

Que se magnifique y santifique Su gran Nombre en el mundo que Él creó conforme a su voluntad; que haga reinar Su soberanía, haga florecer Su salvación y haga que Su ungido se aproxime en la vida y los días de ustedes, así como en las vidas de toda la Casa de Israel, prontamente y en tiempo cercano. Y digan: Amén.

 

Que se bendiga, alabe, glorifique, ensalce, exalte, magnifique, sublime y loe el Nombre del Santo, bendito sea por encima de todas las bendiciones, cánticos, alabanzas y consolaciones que son dichas en el mundo. Y digan: Amén.

 

Tuya es la justicia, nos avergonzamos de nuestro propio mal. ¿Podemos lamentarnos de nuestras acciones? ¿Qué argüiremos en nuestra defensa? ¿Existe justificación para nuestra conducta? Escudriñemos pues, nuestro camino, investiguemos nuestra actitud, así podremos volver a ti. Tú alientas al hombre hacia el arrepentimiento.

 

No invocamos nuestra virtud ni nuestras buenas acciones ante Ti, oh D'os. Mas como menesterosos e indigentes golpeamos a Tus puertas implorando Tu misericordia. Pues Tú eres clemente y piadoso. No nos rechaces, oh Dios, pues Tú oyes las plegarias.

 

Perdona nuestro pecado, pues es grande nuestro error. Perdónanos, Padre nuestro, pues nuestro desacierto es grande y hemos herrado. Absuélvenos, Padre nuestro, pues numerosas son nuestras transgresiones.

 

Oh D'os, Tú eres tardo en la ira, y magnánimo con Tu benevolencia. Tú nos has enseñado la senda del arrepentimiento. Tu magnánima bondad habrás de recordar en nuestro favor hoy, y todos los días de nuestra vida, pues somos los descendientes de los patriarcas a quien amaste.

 

Concédenos Tu clemencia, pues Tú eres misericordioso. Entramos en Tu presencia con plegarias y oraciones, pues antaño así se lo enseñaste a Tu humilde servidor Moisés.

 

Oh Adonai, aplaca Tu ira, tal como está escrito en Tu Torá. Nos cobijamos en Tu protectora Providencia, como cuando antaño revelaste tus atributos.

 

Perdona nuestras transgresiones, borra nuestras culpas, como cuando revelaste Tu esencia a Moisés. Oye nuestras plegarias, acepta nuestras oraciones, como cuando pronunciaste Tu nombre Adonai diciendo:

 

"Y pasó Adonai delante de él y exclamó: Adonai, Adonai, Dios misericordioso y clemente, tardo en la ira, magnánimo en la misericordia y en la verdad. Mantiene la merced para miles de generaciones, perdona la iniquidad, la rebeldía y el error y absuelve."

 

Oh, D'os, perdona nuestras iniquidades y errores, y tómanos por heredad Tuya. Padre nuestro, perdona nuestros errores, absuélvenos de nuestras iniquidades, oh Rey nuestro. Pues Tú Adonai eres benevolente, prodigas Tu misericordia a todos los que te invocan.

 

El ser humano de su D'os recibirá la justicia, si sus actos purifica por el arrepentimiento.

Oh, Adonai, eres bueno para todos, y Tu misericordia extiendes sobre todos sus actos.

Eres compasivo y justo, oh D'os misericordioso.

 

Aun en sus servidores no crea, pondrá en ellos la gloria de sus ángeles.

Supimos de nuestros pecados y que en nuestra causa no habrá quien suplique, Tu gran nombre solo nos asistirá en días de desgracia.

 

Cual padre piadoso que ama a sus hijos, así compadécete de nosotros, oh D'os.

 

De Ti emana la salvación, extiende Tu bendición sobre Tu pueblo. El Señor de las huestes está con nosotros, protégenos, oh D'os de Jacob. Oh Adonai, bienaventurado es el hombre que confía en Ti, Adonai sálvanos, respóndenos, Rey nuestro, en el día que Te invoquemos.

 

Perdona, oh D'os la iniquidad de este pueblo con la magnitud de Tu misericordia, como lo has hecho desde Egipto y hasta ahora.

 

Y dijo D'os: "He perdonado, tal como me lo has pedido".

 

No invocamos nuestra rectitud, solo a Tu clemencia apelamos, Adonai oye y perdónanos, acepta nuestras plegarias, acelera el plazo de nuestra liberación. Hazlo por Tu causa y por el pueblo y la ciudad que invocan Tu nombre.

 

El siguiente poema litúrgico está ordenado en orden alfabético hebreo y al final las iniciales forman el nombre del autor, (Rabenu) Zebadiá Jazak:

 

Señor de la justicia, si has de ser detallista con las acciones de los hombres, si has de profundizar en la investigación de sus actos, no podrán resultar inocentes ante Ti.

 

Si has de acusar también a la hueste celestial, y has de juzgar también a los ángeles, cuánto más lo harás con los humanos.

 

No tenemos ni mérito ni buenas acciones, el pecado y la iniquidad son todo nuestro ser, oh Bondadoso, por favor no nos juzgues.

 

Que Tus entrañas se conmuevan ante nosotros, con Tu gran misericordia contémplanos, no según la maldad de nuestras iniquidades.

 

Nuestras inconductas son incontables, y carecemos de la expiación del sahumerio o los sacrificios, por ello, encuentra por favor perdón a nuestras trasgresiones.

 

No confiamos en nuestros buenos actos, pues están sucios de nuestras maldades, para poder salir airosos del juicio debemos recurrir a la plegaria y las súplicas.

 

No midas concienzudamente nuestros caminos, pues nuestro final es podredumbre y gusanos, y los días de nuestras vidas transcurren entre necedades y vanidades.

 

Arrepiéntete y cambia nuestro veredicto adverso.

 

Pues Tú te apiadas gratuitamente, por ello, con tu gran misericordia acógenos.

 

Tú le enseñaste al humilde (Moshé Rabenu) cómo instruirnos en Tus Atributos de la Misericordia, y cómo ordenar a estos trece fundamentos en una plegaria, bajo Tu promesa de que, al invocarlas, no nos negarás tu perdón.

 

Es así que redactamos una plegaria (sobre la base de estos atributos), escucha el clamor de quienes ante Ti suplican, y no permitas que este llamado quede sin respuesta.

 

Oh D'os, Rey entronado en el trono de la piedad, rige al mundo con Su benevolencia, Él perdona las transgresiones de Su pueblo, lo absuelve de sus errores, borrándolos uno a uno, Él prodiga el perdón a los pecadores, y la absolución a los transgresores. Él hace justicia a todo ser viviente, mas no les retribuye acorde a sus malas acciones. Oh D'os, Tú nos enseñaste a invocar los trece atributos de Tu esencia. Rememora en nuestro favor el Pacto que concertaste, tal como lo revelaste antaño a Moisés, Tu humilde servidor, pues está escrito: "Adonai se reveló circundado por las nubes, y poniéndose allí junto a Él, invocó el nombre de Adonai".

 

Y pasó Adonai delante de él y exclamó: Adonai, Adonai, D'os misericordioso y clemente, tardo en la ira, magnánimo en la misericordia y en la verdad. Mantiene la merced para miles de generaciones, perdona la iniquidad, la rebeldía y el error y absuelve.

 

Oh D'os, perdona nuestras iniquidades y errores, y tómanos por heredad Tuya. Padre nuestro, perdona nuestros errores, absuélvenos de nuestras iniquidades, oh Rey nuestro. Pues Tú Adonai eres benevolente, prodigas Tu misericordia a todos los que te invocan.

 

El siguiente poema litúrgico fue escrito por Itzjak Bar Tzví:

Que el ayuno de tu pueblo, que su sangre os asperja, sea por Ti aceptado. Considera su sebo como sacrificio y su ofrenda no avergüences. Séllalos con una señal de vida y contempla su plegaria. Que mañana sea dada esta señal.

Cíñete a Tu justicia, oh Eterno y trascendente, da soporte a quienes fracasaron (pecaron) y extiende tu brazo para que vuelvan a levantarse, aquellos para quienes sus lágrimas son su bebida y de sus lamentos se nutren. Venga toda la sangre derramada de tus siervos a manos de sus enemigos y demanda que la suya sea derramada. Que se sepa por qué esto ocurre. Que mañana sea dada esta señal.

Pío, perdona al pueblo que invoca Tu Nombre, nombra para mí un ángel defensor que entierre mi iniquidad, que oculte mis deudas con su izquierda y exponga mis méritos con la diestra. Y presente las cenizas de Itzjak quien dirá que le pertenecen. Que mañana sea dada esta señal.

Acércate y escucha el canto de mi plegaria, abre un pórtico para mi clamor, para que de esa manera mis pecados sean perdonados y quede limpio cual niño pequeño, cierra la boca de quienes me acusan y no permitas que el fiscal la abra, D'os habrá de rezongar a Satán y le ordenará que rápidamente cese en sus funciones. Que mañana sea dada esta señal.

¿Cómo habré de aproximarme e inclinarme ante quien no acepta cohecho? Mi corazón se estremece pues carezco de buenas acciones en mi haber. Mas al recordar e invocar el Nombre que alude a Tu reino, entonces confío al pronunciar "D'os es Uno" y todos juntos atraemos a nosotros al Uno. Que mañana sea dada esta señal.

Contémplame, no tengo quien expíe por mis acciones ni me indique la plegaria que invoca Tus atributos. No hay vestimentas sacerdotales blancas ni quien vista el atuendo de Sumo Sacerdote, tampoco hay sacrificios obligatorios, ni voluntarios ni promesas, Tú que eres omnisciente me habrás de expiar, cierra la brecha en el cerco de tu rebaño y tráeles alivio, constrúyeles un cerco protector por todos los flancos. Que mañana sea dada esta señal.

Tus hijos que fueron expulsados procuran la sombra de tu recinto. Tu Casa en la cual solían reunirse con estruendo y emoción, recuérdales la virtud de sus ancestros al momento en que comiencen a pelearse. Que se encuentren la verdad y la paz una frente a la otra. Que mañana sea dada esta señal.  

 

Oh D'os, Rey entronado en el trono de la piedad, rige al mundo con Su benevolencia, Él perdona las transgresiones de Su pueblo, lo absuelve de sus errores, borrándolos uno a uno, Él prodiga el perdón a los pecadores, y la absolución a los transgresores. Él hace justicia a todo ser viviente, mas no les retribuye acorde a sus malas acciones. Oh D'os, Tú nos enseñaste a invocar los trece atributos de Tu esencia. Rememora en nuestro favor el Pacto que concertaste, tal como lo revelaste antaño a Moisés, Tu humilde servidor, pues está escrito: "Adonai se reveló circundado por las nubes, y poniéndose allí junto a Él, invocó el nombre de Adonai".

 

Y pasó Adonai delante de él y exclamó: Adonai, Adonai, D'os misericordioso y clemente, tardo en la ira, magnánimo en la misericordia y en la verdad. Mantiene la merced para miles de generaciones, perdona la iniquidad, la rebeldía y el error y absuelve.

 

Oh D'os, perdona nuestras iniquidades y errores, y tómanos por heredad Tuya. Padre nuestro, perdona nuestros errores, absuélvenos de nuestras iniquidades, oh Rey nuestro. Pues Tú Adonai eres benevolente, prodigas Tu misericordia a todos los que te invocan.

 

Recuerda, oh Adonai, Tu misericordia y Tu merced, pues ellos perduran hasta la eternidad. Recuérdanos, oh Adonai, con Tu benevolencia hacia Tu pueblo, favorécenos con Tu salvación. Recuerda a tu pueblo, que antaño redimiste, cuando liberaste a las tribus de tu heredad. Y al Monte Sión, Santuario de Tu residencia.

 

Recuerda, oh Adonai, Tu afecto por Jerusalem, no olvides por nunca jamás Tu amor por Sión. Recuerda, oh Adonai, a los edomitas el día de la caída de Jerusalem, cuando decían: "Destruidla, destruidla hasta los cimientos". Tú surgirás, tendrás compasión de Sión. Porque tiempo es de agraciarla, llegó el plazo de su liberación.

 

Acuérdate de Abraham, Isaac y Jacob, Tus servidores, a los cuales, jurando por Tu nombre, dijiste: "Yo multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo, y toda la tierra esta que os he prometido, se la daré a vuestros descendientes, y la poseerán eternamente."

 

Acuérdate de Tus servidores Abraham, Itzjak y Yaacov; no mires a la dureza de este pueblo, a su maldad y a su error, Recuerda el Pacto que concertaste con nuestros patriarcas, como prometiste: "Y Yo entonces Me acordaré de Mi Pacto, con Yaacov, con Itzjak y con Abraham, y a la tierra recordaré".

 

Oye nuestras invocaciones, Adonai, extiende sobre nosotros tu clemencia y compasión, y acepta con Tu benevolencia nuestra oración. Haznos volver hacia Ti, oh D'os, y retornaremos; renueva nuestros días como antaño. Escucha nuestras invocaciones, oh Adonai.

 

Oye nuestros gemidos. Acepta nuestras palabras y la meditación de nuestro corazón. Adonai nuestro Protector y nuestro Redentor. No nos alejes de Tu presencia, no nos prives del espíritu de Tu Santidad. No nos desampares a la hora de la vejez; cuando nuestras fuerzas empiecen a desfallecer, no nos abandones.

 

No nos abandones, Adonai D'os nuestro, no Te alejes de nosotros. Manifiéstanos Tu bondad, y que lo vean nuestros adversarios y se confundan, pues Tú Adonai, nos ayudas y reconfortas. Pues solo en Ti depositamos nuestra esperanza, respóndenos oh Adonai D'os nuestro.

 

D'os nuestro y de nuestros padres, lleguen a Ti nuestras oraciones, y no Te ocultes ante nuestras plegarias. No somos insolentes ni arrogantes para alegar ante Ti, Adonai D'os nuestro y de nuestros padres, "somos justos y no hemos errado", porque ciertamente hemos errado.

 

Hemos incurrido en faltas y perfidias; hemos hurtado, hemos calumniado. Nos desviamos de Tu camino; hemos sido arrogantes y soberbios; hemos sido falsos y violentos. Hemos proporcionado malos consejos, mentimos, hemos sido cínicos y rebeldes. Te hemos blasfemado. Nos rebelamos, cometimos iniquidades y transgresiones, hemos sido impulsivos y obstinados. Actuamos con maldad, fuimos destructivos, aborrecimos la verdad. Incurrimos en error e indujimos a nuestros prójimos a él. Nos alejamos de Tus mandamientos y de Tus leyes de bien. Mas de nada nos ha servido. Pero Tú, oh D'os, eres justo en Tu retribución, pues Tu justicia es la verdad, y nosotros cometimos el mal.

 

David, Ungido en nombre de Tu justicia, dijo: "¿Puede el hombre comprender sus errores? Perdona mi culpa e ignorancia". Purifícanos, oh D'os, de todos nuestros errores, purifícanos de toda nuestra impureza. Rocíanos con aguas puras y purifícanos, como está escrito: "Y os rociaré con aguas puras y os purificaré de toda vuestra impureza y de toda vuestra idolatría".

 

Tu pueblo y Tu heredad están hambrientos de Tu bondad; sedientos de Tu merced; ellos anhelan Tu salvación. Hazlos saber que Tuyos son, oh D'os nuestro, la misericordia y el perdón.

 

El mundo que D'os ha creado según Su voluntad, tribute gloria y santificación al nombre del Eterno. Que Su reino sea proclamado prontamente en nuestros días y en vida de toda la congregación de Israel. Sea Su glorioso nombre bendecido eternamente.

 

Exaltado, venerado y alabado, sea el nombre del Santo Bendito Él. Su gloria es inefable e infinita. Su magnificencia es superior a toda expresión humana. Amén.

 

Padre nuestro, desde Tu morada celestial, acepta las oraciones y plegarias de la congregación de Israel. Amén.

 

El que establece la armonía en los cielos, conceda la paz a nosotros y a todo Israel. Amén.

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