Por favor, aumenta el volumen de tu radio

Aquí yo

no escucho, no sé, si

otra vez clavaste una flor en el ojal

de la antena. Eres tan delicado por qué

eres tan tierno, por qué siempre

tan civil. ¿Me escuchas bien, cambio?

Cambio, tú también te escuchas cortado, tú

suenas herido, tú

en el valle estás bien rodeado. Montañas

y un Kineret distinto.

Dale, aumenta el volumen del radio

que el radar no capta tu cara, por qué

no estás, por qué no

luchas, ¿te enviamos una patrulla motorizada?, yo

tengo plena fe

que no llegará y no volverá. Herida

negra. Por favor reduce

la potencia de tus ondas.

Las copas de los cipreses al atardecer

murmuran en vano tu nombre, y la estrella

del norte solitaria, adónde

guiará al ejército de tus carruajes

adónde llevará en ellas a

por favor, cierra los ojos, ahora yo

escucho. ¡Recibido! Puedes por fin

morir. Padre doliente, yo ya no

siento

las lágrimas del invierno dirán el Kadish por ti.