google-site-verification: google77f5fad91e8f4e96.html
top of page
Literatura y poesía/
Conmemoración del Holocausto

Recordemos

Recordemos a nuestros hermanos y hermanas,

las casas en las ciudades y en las aldeas,

las calles de la ciudad bulliciosas como ríos

y la posada solitaria en el camino.

El viejo con su rostro,

la madre con su suéter,

la joven con sus trenzas,

y los pequeños, los pequeños niños.

 

Las miles de comunidades de Israel con sus familias,

todo el pueblo judío

que fue llevado al exterminio sobre el suelo europeo en manos del asesino nazi,

el hombre que gritó de repente y murió mientras gritaba,

la mujer que apretaba a su bebé contra su pecho y cuyos brazos se derrumbaron,

el bebé cuyos dedos tanteaban el pezón de su madre que estaba azul y fría.

 

Las piernas,

las piernas que buscaban refugio sin que hubiera ya escapatoria.

Y aquellos que apretaron sus manos en puños,

el puño que empuñó el acero,

el acero que se convirtió en un arma de esperanza, desesperación y rebelión.

Y a aquellos de buen corazón,

y a aquellos con los ojos abiertos,

y a los que se sacrificaron sin conseguir salvar a otros.

 

Recordemos el día.

El mediodía de ese día.

El sol que ascendió sobre el altar sangriento,

los cielos que se mantenían altos y mudos.

Recordemos los montones de ceniza debajo de los parques florecientes.

 

Recordarán los vivos a sus muertos,

porque están aquí, ante nosotros.

 

He aquí sus ojos girando alrededor.

Y no cesaremos, no cesaremos hasta que nuestras vidas sean dignas de su memoria.

More >
bottom of page