Sucot
> Introducción
Sucot es la última de las tres Fiestas de Peregrinación (según la cuenta bíblica, el inicio del año es en el mes de Nisán). La festividad comienza el 15 del mes de Tishrei y dura siete días. Al finalizar, se celebra una fiesta adicional, "Sheminí Atzeret", que con los años se convirtió también en la festividad de "Simjat Torá" ("Alegría de la Torá").
La característica central de la festividad es habitar en la sucá: "Viviréis en cabañas siete días; cada nativo de Israel habitará en cabañas, para que vuestras generaciones sepan que hice habitar a los hijos de Israel en tiendas cuando los liberé de la tierra de Egipto" (Levítico, 23, 42-43). La sucá es una vivienda temporaria simple, cuyo cielo raso es un enramado y sus paredes están compuestas de tela o paneles de madera, que simboliza el tipo de vida de los hijos de Israel durante su deambular por el desierto, después de la salida de Egipto. La primera estaca de la sucá se acostumbra a clavar al finalizar Iom Kipur. Durante la festividad se acostumbra vivir en la sucá construida junto a la casa permanente de la familia, estar, comer y dormir en ella. Se reciben huéspedes (llamados Ushpizín), y se llevan a cabo diversos encuentros sociales. Durante la fiesta se bendice sobre las Cuatro Especies: etrog, lulav, hadás y aravá: "Y tomaréis para vosotros frutos de cidra (árbol cítrico), hojas de palma, ramas de mirto y de sauce del arroyo, y os regocijaréis ante el Eterno, vuestro Dios, durante siete días" (Levítico, 23, 40). La función de las Cuatro Especies es recordar el vínculo de la festividad con la naturaleza y el trabajo de la tierra, pero, con los años, la tradición judía los dotó de profundas significaciones espirituales.
Sucot es la Fiesta de la Cosecha: "Celebrarás la festividad de las cabañas (Sucot) durante siete días, una vez recogido el producto de tu era y de tu lagar. Te regocijarás en la celebración tú con tu hijo, tu hija, tu siervo, tu sierva, el levita, el forastero, el huérfano y la viuda que moraren contigo" (Deuteronomio 17, 13-14). En esta época del año, al final del verano, el agricultor recolecta su siembra y celebra el fin del año agrícola. Al final de la cosecha, inicia un nuevo año agrícola y espera por lluvias. La plegaria de la lluvia es uno de los símbolos y costumbres de esta festividad, que está tan imbuida en la vivencia agrícola de un pueblo que trabaja su tierra.
> Historia
La sucá es una vivienda temporaria. Su simpleza conecta la vivencia terrenal-agrícola de la festividad con el comienzo del relato histórico del pueblo de Israel: la salida de Egipto. La simpleza de la sucá nos permite crear, aunque más no sea por una semana, cierta medida de igualdad económica entre las clases sociales en el pueblo. Tanto los ricos como los pobres viven dentro de un apartamento pequeño, sin lujos ni comodidades especiales. Dijo acerca de ello Filón de Alejandría: "La finalidad de Sucot es recordarnos, en nuestra riqueza, la pobreza, como debe recordar el hombre en su riqueza la pobreza, y en sus días de gloria la bajeza…" (De las leyes, 204). La renuncia al lujo y la comodidad son una pausa en una rutina de cultura consumista que compele a perseguir bienes y riquezas, y puede enseñarnos una importante lección de humildad y de cómo conformarnos con lo poco que tenemos.
Con los años, la sucá fue dotada de un significado espiritual vinculado con el valor de la paz. Se llama "Sucá de paz" y en el Templo se sacrificaban setenta toros, como el número de naciones (según la tradición) y como símbolo del anhelo de paz mundial.
La estructura de la sucá es bien conocida para el agricultor, que concentra en ella el trabajo de la cosecha antes de la llegada de las lluvias. Es una fiesta agrícola por excelencia en el calendario, que fue tomando forma en la realidad de un pueblo que habita su tierra y la trabaja. La alegría es mucha, y constituye una de las mitzvot de la festividad, ligada a la alegría del agricultor que culminó la cosecha de sus frutos. La tensión y la incertidumbre que caracterizan la época del crecimiento del cultivo dejan paso a la alegría y la calma, cuando todo el producto ha sido reunido en almacenes antes de que lleguen las lluvias. También las costumbres ligadas al agua y las plegarias por la lluvia que caracterizan la fiesta están vinculadas a la estación del año en el que se celebra, y con su contexto agrícola. En otoño, al término del verano, y poco antes del invierno, estamos ante un nuevo año agrícola que podría ser pletórico de lluvias, pero también escaso en ellas. Ello tiene, desde ya, una influencia decisiva sobre la vida y el trabajo del agricultor.
> El sionismo
En los inicios del sionismo pionero y el retorno de parte del pueblo judío para poblar la tierra y trabajarla, la Fiesta de Sucot recuperó sus sentidos agrícolas originales. Dichos significados, que se habían convertido en la Diáspora en símbolos lejanos y desconectados, volvieron a constituir una realidad viva para los agricultores. Los valores sociales de igualdad presentes en la festividad también eran apropiados al espíritu del sionismo pionero, que aspiraba a crear en Eretz Israel una sociedad modelo y sencilla, sin brechas pronunciadas entre pobres y ricos.
Parece ser que, precisamente hoy, en la sociedad israelí de los años 2000, dichos valores son más relevantes que nunca. Las brechas sociales en Israel son de las más amplias en el mundo occidental, y la cultura del consumo se ha convertido en la característica central de nuestra cultura. La pausa de una semana en la carrera sin fin en pos del dinero y la riqueza puede ser significativa en nuestra propia educación hacia valores en los que quisimos fundamentar nuestra sociedad, hace poco más de cien años.