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Fuentes y filosofía/
Tisha BeAv

¿Por qué fue destruido Israel?

Debate acerca de las leyendas talmúdicas sobre la destrucción del Templo, Tratado de Guitín, 56-58:

 

La destrucción del Segundo Templo fue un acontecimiento que cambio la historia de nuestro pueblo, tanto desde el punto de vista nacional como desde el espiritual-religioso.

 

Las preguntas perturbaron a los hombres de la generación de la tragedia. ¿Por qué fue decretada la destrucción del Segundo Templo? ¿Debemos ver en la destrucción un ocultamiento del rostro de Dios? (Babilónico, Ioma, 9): "¿Por qué fue destruido el Primer Templo? Por tres cosas que había en él: idolatría, incesto y derramamiento de sangre. Pero el Segundo Templo, en el que se dedicaban a la Torá, las Mitzvot y la misericordia, ¿por qué fue destruido? Porque había en él odio gratuito, para enseñarnos que el odio gratuito tiene la misma gravedad que tres faltas juntas: idolatría, incesto y derramamiento de sangre".

 

En tiempos del Primer Templo, los profetas advertían contra los pecados del pueblo, y profetizaron la destrucción que vendría con ellos, de modo que la destrucción fue recibida como algo previsto. El exilio en Babilonia reforzó la fe en el Creador y dio inicio a una era de progreso espiritual y religioso que continuó también por las siguientes generaciones. De ello se puede entender por qué fue difícil justificar la sentencia divina de la destrucción del Segundo Templo. Un clima de no resignación se apoderó de Eretz Israel después de la destrucción, y los sabios buscaban respuestas a las preguntas que surgieron.

 

En las leyendas de la destrucción podemos hallar las posturas de Nuestros Sabios Z"L acerca de la destrucción. Vemos cómo intentaban hallar los motivos que conllevaron a la destrucción, y así responder a aquellos que se debatían en la pregunta de "la justificación de la sentencia".

 

La historia de Kamtza y Bar-Kamtza es uno de los relatos por medio de los cuales se describen diversos aspectos del caso de la destrucción según Nuestros Sabios Z"L.

 

Relato: (traducido según el Libro de la leyenda de Bialik):

 

Érase un hombre cuyo mejor amigo era Kamtza

 

y su peor enemigo, Bar-Kamtza.

 

Hizo este hombre un banquete.

 

Dijo a su sirviente: "Ve y tráeme a Kamtza".

 

Fue y le trajo a Bar-Kamtza.

 

El anfitrión del banquete lo vio sentado comiendo.

 

Le dijo: "Eres mi enemigo. ¿Qué haces aquí? ¡Levántate y vete!

 

Le dijo: "Ya que vine, permíteme quedarme, y te pagaré por todo lo que coma y beba".

 

Le dijo: "¡No!"

 

Le dijo: "Te pagaré medio banquete…"

 

Le dijo: "¡No!"

 

Le dijo: "Te pagaré la totalidad del banquete…"

 

Le dijo: "¡No!" Lo tomó por los brazos, lo hizo levantarse y lo echó.

 

Dijo Bar-Kamtza: Dado que había allí sabios sentados que no se apiadaron de mí, porque les era cómodo, iré a delatarlos ante el Rey.

 

Fue y le dijo al César: "Los judíos se están revelando contra ti".

 

Le dijo el César: "¿Cómo sabré que no mientes?"

 

Le dijo: "Envíales un animal para sacrificar, y ve si lo sacrifican".

 

Le hizo entregar un carnero tierno. En el camino lo dañó en un lugar que para nosotros es un defecto, pero para ellos no es defecto.

 

Dijeron los sabios de sacrificarlo para tener paz con el Imperio.

 

Le dijo Rabi Zejaria Ben Abkilas: "La gente dirá: animales con defectos son sacrificados en el Templo".

 

Dijeron (los sabios): "Debemos entonces matar a Bar-Kamtza, para que no vaya a contarle al Rey".

 

Les dijo Rabi Zejaria: "Dirá la gente: quien dañe a un animal sacrificial, morirá."

 

(Dijo Rabi Yojanán: "La escrupulosidad de Rabi Zejaria Ben Abkilas destruyó nuestra Casa, quemó nuestro Santuario, y nos exilió de nuestra tierra.)

 

Subió hasta ellos Nerón César. Cuando llegó a Jerusalén lanzó una flecha al oriente, volvió y cayó sobre Jerusalén. Lanzó otra flecha hacia occidente, esta volvió y cayó sobre Jerusalén, y así desde los cuatro vientos.

 

Dijo Nerón César a un niño: "¡Recítame tu verso!"

 

Le dijo: "Y daré la venganza en Edom a manos de mi pueblo Israel".

 

Dijo Nerón César: "El Santo Bendito Sea quiere destruir su Casa, pero me echará la culpa a mí…"

 

Y de él salió Rabi Meir.

 

En una primera lectura del relato, parece como si la respuesta a la pregunta de por qué fue destruida Jerusalén es clara y simple. El odio gratuito entre dos personas fue lo que trajo la concatenación de eventos que llevó a la destrucción.

 

¿Es acaso una respuesta satisfactoria y suficiente a una pregunta tan importante y aguda? ¿Es posible que Nuestros Sabios Z"L hayan dado apenas esta razón para la la destrucción del Templo y el país, y para el exilio? Si es así, ¿por qué creyeron necesario continuar el relato con la discusión interna entre Rabi Zejaria y los Sabios?

 

También el asunto de Nerón nos parece extraño. ¿Cuál es su lugar en el relato sobre Kamtza y Bar-Kamtza?

 

Intentaremos responder a estas preguntas analizando brevemente el relato. Bar-Kamtza parece un hombre moderado, que se conduce racionalmente e intenta llegar a un acuerdo con el anfitrión del banquete para no ser avergonzado. Este no está dispuesto a ceder, y se conduce con violencia ante los ojos de todo el grupo de invitados.

 

La ofensa y la ignominia convierten al moderado Bar-Kamtza en un hombre al que el instinto de venganza lo empuja a realizar actos sin pensar ni razonar. El hecho de que su enemigo lo ha expulsado vergonzosamente, también es una humillación, pero el silencio de los sabios lo saca de sus casillas. Él no prevé qué provocará su instinto de venganza.

 

El Emperador intenta eludir la represión de la revuelta, pero Bar-Kamtza es quien lo empuja a la ciudad. Está dispuesto incluso a utilizar el truco de dañar a la víctima sacrificial con tal de que su instinto de venganza sea satisfecho.

 

La disputa entre los Sabios y Rabi Zejaria nos deja en claro la división y las diferencias de concepción de mundo entre las diversas sectas en el pueblo. Rabi Zejaria estaba entre los fariseos más extremistas, y seguía el camino de la Casa de Shamai: la Halajá es estática y no depende de la realidad cambiante; por eso, aun si se lo considera una rebelión, no se puede realizar ese sacrificio. En efecto, Yosef Ben Matitiahu, en su libro "Las guerras de los judíos", segunda parte, capítulo 17, cuenta que la anulación del sacrificio por la paz del Emperador sirvió de señal para la revuelta y provocó la guerra de los romanos contra Jerusalén. Los sabios de la corriente más moderada –discípulos de la Casa de Hilel- estaban dispuestos a rechazar un supuesto defecto por "Pikúaj Néfesh" (cometer o pasar por alto una falta halájica por salvar una o más vidas).

 

La observación de Rabi Yojanán, aun escrita entre paréntesis, es como una conclusión de todo el relato.  (Dijo Rabi Yojanán: "La escrupulosidad de Rabi Zejaria Ben Abkilas destruyó nuestra Casa, quemó nuestro Santuario, y nos exilió de nuestra tierra.)

 

Del mismo modo como la trama sobre Kamtza y Bar-Kamtza evoluciona desde un simple error cometido por el anfitrión de un banquete hasta la destrucción, también Rabi Zejaria, debido a su "escrupulosidad" -su rigurosidad extrema e inflexible- impidió realizar el sacrificio por el bienestar del reino y la situación se desbarrancó hasta la destrucción.

 

Tanto en el primer relato como en el acto de Rabi Zejaria parece ser que, debido a la falta de visión de las personas que no vieron hasta dónde podrían conducir sus actos, Jerusalén resultó destruida. Esta es una de las respuestas que Nuestros Sabios Z"L intentan dar a la difícil pregunta de por qué Jerusalén fue destruida.

 

¿Cuál es el lugar de Nerón en el relato?

 

Nerón es presentado aquí como el Emperador romano al que le toca destruir Jerusalén (si pasamos por alto lo que sabemos sobre el Nerón histórico, nos será más fácil comprender el punto). Hemos visto ya en el relato que Nerón es empujado a viajar a Jerusalén, pero intenta eludir el destino. Dispara flechas a todos los vientos para saber si lo logrará o no. Las flechas caen todas en Jerusalén, y él comprende que lo decretado es ineludible.

 

Del verso que pide al niño entiende que el Eterno quiere cobrarse venganza de Edom y de Roma por medio del pueblo de Israel, y que el Eterno se cobrará venganza de aquel que cumpla con el mandado. Por eso, el único camino que le queda para eludir la misión es convertirse al judaísmo y ser uno de ellos.

 

El decreto debía ser ejecutado por Nerón, pero él y Vespasiano lo eluden, y por ello será Tito quien lo ejecute. Por eso veremos a continuación, en las leyendas de la destrucción, que el Eterno se venga de él.

 

Nuestros Sabios Z"L intentan mostrar aquí al Emperador romano como un gobernante racional que no tiene interés alguno en una guerra contra los judíos, sino que ésta le es impuesta por los necios actos de algunas personas del pueblo de Israel, que provocaron la rebelión contra los romanos.

 

El odio infundado, la falta de visión de los fanáticos extremistas que sobrevivieron a la revuelta, son los que provocaron la destrucción, y los romanos fueron meros ejecutores de la sentencia.

 

Como entonces, podemos citar las palabras de Isaías (49:17): "Tus asoladores y los que te han saqueado saldrán de ti".

 

Ojalá podamos aprender la lección de la destrucción, y podamos interpretar este versículo literalmente.

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