Encendido de velas
Encendido de velas: la costumbre y sus significados:
El precepto del encendido de velas de Shabat en el hogar aparece por primera vez en la Mishná, en el Tratado de Shabat, en el intercambio sobre el tema: "¿Con qué encendemos?" (Mishná, Tratado de Shabat, capítulo 2). El debate trata de la pregunta acerca de qué materiales de combustión son aceptables para las velas de Shabat.
El encendido de las velas simboliza el pasaje de los días profanos al Shabat, y se realiza cerca de media hora antes del ocaso.
Hay quienes sostienen que el origen de la costumbre de encender las velas se halla en la necesidad de iluminar la casa en el crepúsculo. Al acto le habrían sido conferidos significados rituales y una dimensión espiritual cuando al encender las velas comenzaba el Shabat, en el que está prohibido encender fuego.
Diversas interpretaciones ven en las velas un símbolo de paz, de bendición, de deleite del Shabat (ver "Midrashim sobre las velas de Shabat"). El encendido de las velas simboliza también el acto de la creación de la luz, la primera creación divina: así como el Eterno descansó de Su Creación, también nosotros cesaremos de toda nuestra labor luego del encendido de las velas.
La Mishná relaciona el precepto del encendido de velas con la mujer: "Por tres faltas las mujeres mueren al dar a luz: por no ser cuidadosas durante el período, en la jalá (pan trenzado de Shabat) y en el encendido de velas" (Mishná, Shabat, capítulo 2).
Hay quienes explican el otorgamiento de este precepto a la mujer en que ella es la que más está en la casa, y está disponible para el encendido, y hay quienes lo interpretan como un derecho y un honor que se le otorga a la mujer, el de introducir la santidad al hogar.
Otro midrash ve el otorgamiento del precepto a la mujer como un acto de expiación:
Y "el primer hombre fue vela eterna, como está escrito: 'El espíritu del hombre es vela del Eterno'" (Proverbios, 20:27).
"Javá le provocó la muerte, por ende, fue dado el precepto de las velas a la mujer." (Talmud de Jerusalem, Shabat, 2:6)
En un espíritu más positivo e igualitario, el Zohar interpreta que los hombres tienen el privilegio y hacen Tikún (Reparación) en el estudio de la Torá, tal como las mujeres tienen el privilegio y hacen Tikún con el encendido de las velas de Shabat. (ver midrashim sobre las velas de Shabat).
Se acostumbra encender dos velas de Shabat como mínimo, una por: "Guardarás el día de Shabat para santificarlo" (Deuteronomio 5:12) y la segunda por: "Recordarás el día de Shabat para santificarlo" (Éxodo 20:8). Había quienes acostumbraban encender una vela gruesa con dos mechas, para cumplir la frase del Lejá Dodí: "Recordad y guardad en una sola palabra". El Arí acostumbraba encender siete velas de Shabat por los siete días de la semana: seis velas pequeñas y una grande por Shabat. Existe la costumbre de encender 12 velas por las doce tribus de Israel, hay quienes encienden tantas velas como habitantes tiene el hogar, y en ciertos grupos jasídicos acostumbran encender 702 velas, como el número de Shabat en Gematría (la correlación entre letras y números y su significado en las palabras).
La bendición de las velas se dice luego del encendido, pues luego de la bendición comienza la prohibición de todo trabajo, incluido el encendido de velas. Las mujeres acostumbran colocar sus manos como pantalla sobre las velas y luego cubrir su rostro después de encenderlas.
La costumbre de cubrirse el rostro luego de encender las velas tiene diversos significados: hay quienes ven en ese gesto un acto de temor reverencial: no ver el resplandor del Espíritu Divino.
Otra explicación de la costumbre está relacionada con que se trata del único precepto en el que la acción precede a la bendición; la cobertura del rostro durante la bendición y su descubrimiento luego de decirla, constituiría la postergación del deleite de las velas, como si bendijeran y luego las encendieran. Hay quienes ven en la costumbre de colocar las manos como pantalla sobre las llamas y luego traer las manos hacia el rostro un símbolo de traer la luz de Shabat hacia nuestro interior. Hay quienes acostumbran mover las manos en derredor de las velas seis veces, como para traer los seis días de la semana al interior del Shabat.
El tiempo que precede y que sucede al encendido de las velas de Shabat es un momento de plegaria íntima, especial para el momento del encendido de las velas.

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