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Fuentes y filosofía
Norteamericanización y helenización
Cada uno es una vela pequeña
Con respecto a Janucá
Dramatización de la historia de Janucá
Fiesta de los Macabeos
El cántaro de la harina no faltará
El dinero de Janucá
El heroísmo de la mujer
El noveno día
El pequeño macabeo
El principito y el farolero
El pájaro y el halcón
En la ciudad de la matanza
Nosotros somos los Macabim
Encendido de las velas festivas
Estas velas que encendemos
Estas velas que encendemos
Halajot de Janucá
Introducción al Libro del Heroísmo
Janucá después del bombardeo
La espada y el libro estaban enlazados
La generación de los Macabim
La menorá
La sangre de los Macabim
Las dos velas
Luz
No podemos explicar
Noticias de Janucá
Nuestra janukiá
Qué es Janucá para nosotros
Reflexión a la luz de antorchas ardientes
Reflexión de Janucá
Reflexión de Janucá
Una misma Menorá
Uno no y tres sí
¿Dónde está el Macabeo?
¿Qué es Janucá?
Guerras de los Jashmonaim

Dotan Brom

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Norteamericanización y helenización

En Janucá recordamos la rebelióna de los macabeos contra los griegos. Una rebelión que, más que militar, fue cultural. En toda Judea los judíos habían adoptado el helenismo: nombres griegos, vestimenta griega, dioses griegos y cosmovisión griega; arte griego, placeres griegos y moral griega. En toda Judea, los judíos habían renunciado a su creación cultural original para formar parte del poderoso imperio.

Pero dentro de esta asimilación se escuchó otra voz se oyó otra voz, una voz débil pero enérgica que insistía en una alternativa, en una vida de libertad y elección independiente, de cultura y creatividad judías originales. Esta voz fue seguida por otras y al final de nuestro narrativo nos contamos cómo alcanzamos la libertad, cómo seguimos forjando nuestras vidas con nuestras propias manos.

¿Realmente lo logramos? Cuando miro a mi alrededor, veo una nueva helenización, la asimilación al imperio actual: los Estados Unidos de Norteamérica. Veo una cultura estadounidense superficial y consumista, generalmente sin nada para decir. Veo marcas norteamericanas en todas partes, desde la ropa que vestimos y la comida (rápida) que ingerimos, hasta las computadoras que usamos y los autos en los que viajamos de un lugar a otro. Veo concepciones económicas estadounidenses que se apoderan de las ideas sobre las cuales se construyó el Estado y un sueño norteamericano que reemplazó los sueños que habían sido soñados aquí. Veo una moral estadounidense en la cual el extranjero y la viuda tienen el derecho libre de morir bajo un puente, en lugar de la antigua moral hebrea que nos ordena ayudarlos.

En momentos como éste quiero ser una voz de rebelión, una voz que clame ¡libertad! No es ésta una rebelión de garrotes y tridentes, sino de elecciones. Una rebelión en la que insistimos en crear una obra hebrea original con un contenido significativo que se remita al aquí y ahora; una rebelión en la que elijamos poner el consumo en un lugar marginal de nuestras vidas y reemplazarlo por vínculos humanos significativos. Una rebelión en la que optemos por actuar contra la plaga de la privatización que destruye todos los rastros de solidaridad en la sociedad israelí, y volvamos a estar al servicio del hombre y de la tierra en lugar del capital. Una rebelión en la que elijamos ver lo maravilloso de cada persona y asumir la responsabilidad del uno por el otro.

Janucá es un buen momento para recordarnos por qué y para qué rebelarnos y para empezar a encender antorchas de luz y fuego en el mundo.

 

"¡Y quien tenga un corazón ávido de luz mirará, alzará la vista y vendrá a nosotros, hacia la luz!"

"¡Y quien un corazón ávido de luz tenga, alce la vista y con nosotros a la luz venga!"

 

 

Categorías: Fuentes y textos, la Edad Moderna y el sionismo, reflexión, soberanía y resurgimiento.

 

Palabras clave: Libertad.

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