Ignazio Silone
Juntos sin tener miedo
"Pan y vino», página 344-346 (traducción del italiano - Azriel Ochmani)
El intento de vivir juntos sin tener miedo
Estos son muchachos valientes, a quienes bien conozco. Muchachos pobres, solo terminaron algunas clases bajas. Vinieron a mí luego de la muerte de Don Benedicto para preguntarme, que se puede hacer. Consideramos el asunto y llegamos a la conclusión de que hay que publicar la verdad. La verdad era lo que más le hubiera gustado a Don Benedicto. La única manera de reconocerlo es publicar la verdad para todos. Los muchachos están listos para todo, siempre que se respete el espíritu de Benedicto. Y así fundaron un grupo de escritores de la verdad. A la noche suben a sus bicicletas y salen, armados de carbón y de tiza, a las comunidades vecinas y escriben sobre los muros esta verdad: «Don Benito fue envenenado», discutimos, si había que agregar algo más y llegamos a la conclusión de que nunca hay que agregarle a la verdad ni siquiera el más mínimo de los detalles ya que así deja de ser la verdad, luego de discutir terminamos con un acuerdo y es que no hay que agregarle a la verdad nada que incluso pudiese fortalecerla, ya que no hay nada más fuerte que la verdad simple y pura, por lo que decidimos escribir en todos lados, escribir sin pausa hasta que todos los hombres lo sepan:
«Don Benito fue envenenado», escribiremos esto de forma exacta y sencilla, sin agregar ni siquiera un signo de admiración. «Y estos que se niegan a comprender, a la fuerza entenderán, cuando veamos que hay gente a las que esta verdad comienza a olvidarse de su corazón, volveremos y escribiremos sobre los muros: «Don Benito fue envenenado», y aquellos que comenzaron a olvidarse, a la fuerza lo recordarán. Esta es la función de estos escritores.
[...] No puedes imaginar - dice Don Pablo - lo que era para una tierra como la nuestra, si se encontraran en ella cien jóvenes, dispuestos a renunciar al confort, personas imparciales, redimidas del frenesí de la propiedad privada, de sexo, de la carrera, unidas sobre la base de la franqueza absoluta, de la hermandad absoluta. Cien jóvenes, que contestan cada pregunta con la verdad, que en todos lados dicen la verdad, sólo la verdad, y viven según la verdad. Jóvenes conocidos no por el símbolo que portan en el ojal de la vestimenta o el uniforme, sino por el estilo de vida.
[...] Con las personas cuyos nombres has mencionado, como con las personas con las que te confesarás existe ¡un pacto de amistad! Sólo cuando te ganes su amistad, puedes explicarles, que no es la intención definir nuevas fórmulas, nuevas formas de saludar o camisas de un nuevo color, sino un nuevo estilo de vida. Si utilizar un habla antigua, entonces la intención es arrepentirse, la intención es - ser un hombre nuevo, tal vez es suficiente decir: La intención es ser un hombre, en su verdadero significado de la expresión. Tanto nos alejamos del ser humano, hasta que las personas comparan la miseria de su existencia con lo que podría haber sido, su corazón explota en su proximidad y se descubre a sí mismo como lisiado, deformado, corrupto, humillado. Toda revolución, en el fondo, vuelve y responde a la pregunta suprema: ¿Qué es el hombre? Hay neuróticos para los que la revolución es embriaguez, entusiasmo lírico: "¡Es mejor vivir un día como león que cien días como oveja!" Mientras que para los pobres, la revolución es otra cosa: Es la redención, la necesidad de la sencillez y la hermandad, las postergación del destino del león y de la oveja juntos, aspiración a un destino apropiado, finalmente para el honor del hombre, la revolución - dice Morique- es dejar de estar solos, uno frente al otro. Es el intento de estar todos juntos sin tener más miedo. Es la necesidad de hermandad.

More >











