Exaltadas y santificadas sean las personas queridas donde quiera que estén,

y nuestros preciados mártires cuyas vidas les fueron truncadas prematuramente

por personas nacidas de una mujer -

los alemanes y sus colaboradores, los secuaces de Hitler.

Benditos, glorificados y elevados sean los mártires

que fueron humillados, torturados y asesinados,

y sacrificados y conducidos a la masacre, a la muerte,

y asfixiados en cámaras de gas y quemados vivos

y después de su muerte.

Cuantiosa y opulenta fue la destrucción en los sangrientos sitios.

¡Y su sangre no ha sido exculpada! ¡y decid Amén!

Y aunque sus nombres hayan sido borrados del libro de la existencia humana

y aunque no hayan sido enterrados en la tierra de Israel -

un derecho del hombre es ser recordado más allá de las barreras del tiempo.

Porque hemos jurado: recordarlo todo,

¡recordar y nada olvidar!

Exaltado y alabado sea el pueblo de Israel por sus fieles,

y entrelácese su memoria en el haz de la vida en la tierra de Israel.

Porque la eternidad de Israel no mentirá, y decid ¡Amén!

Haya paz en el cielo,

sobre nosotros y sobre todo Israel, y decid ¡Amén!

Exaltada y santificada sea la verdad del hombre.