Colores de primavera y sonidos de primavera.

Cuando se proclama "Cuando entra Adar, aumenta la alegría", también los campos y las laderas de las montañas se revisten de una expresión de regocijo. Se ve un amarillo de mostazas de campo y crisantemos por doquier, en medio del cual se destaca el rojo fuego de los ranúnculos, las últimas anémonas y las primeras amapolas. También el delicado violeta de las erucarias ha conquistado vastas áreas, y dentro de ellas, como para variar un poco, surgen los puntos celestes de la lengua de buey y el gran pico de cigüeña. Los niños regresan de sus paseos cargados de ramos de flores, y sus mejillas sonrosadas complementan los múltilpes colores de las flores silvestres...

También los árboles se adornan como las hierbas. El almendro y el duraznero ya han acabado su corto período de floración, y ahora llega el turno de sus parientes el ciruelo, el manzano y otros rosáceos.

Lo mismo ocurre en las arboledas y jardines ornamentales. Los que habían perdido el follaje han despertado de su breve sueño: el abedul ya está cubierto de hojas nuevas y frescas, y de las ramas del roble y el pistacho penden las flores. Y si pasamos por un pinar, nos bañará una lluvia dorada que desciende sobre nosotros desde las flores masculinas. Una gran parte de esto crea una alfombra amarilla en el suelo, o flota en los charcos, pero al menos algunos granos de polen llegan, con ayuda de las corrientes de aire, a su destino, las pequeños piñas rojizas que penden de los extremos de las ramas superiores.

Uno de los árboles del bosque, el ciclamor, viste ropa festiva. ¿Es correcto llamarlo así, como si fuera un un ramo de flores o una diadema para una novia, símbolo de la elegancia y la belleza perfecta? Puede que esto no suceda la mayor parte del año, cuando parece humilde, bajo, uno de tantos. Pero ahora, después de la caída de las hojas y del invierno, está totalmente cubierto de flores rosadas y puede ser el símbolo de la frescura y la delicadeza. Si es así, realmente merece ese nombre por su ropaje de primavera. Su fruto es una vaina plana y larga que contiene muchas semillas, una especie de monedas de plata. Tal vez dio fundamento a la leyenda cristiana de que Judas Iscariote, el discípulo traidor de Jesucristo, se ahorcó entre sus ramas. Según esta leyenda, las semillas simbolizan las monedas de plata que recibió en recompensa por la traición. De hecho, este árbol es conocido en inglés como "judastree", en alemán "judsbaum" y en español también como "árbol de Judas".