Moshé:

Estoy maravillado por la parte técnica implicada en la organización de la fiesta… pero, ¿qué tuvo que ver el contenido de esta noche con la celebración de la Fiesta de la Cosecha, y con Sucot? Mátame, pero no lo comprendo. Lo único que nos recordaba la festividad eran los nombres de los equipos para el concurso de preguntas y respuestas…

 

Comprendan, queridos amigos, miembros del Comité de Festividades, que les damos las gracias y una enorme felicitación por presentarse para las fiestas de una manera u otra; pero no se debe olvidar el gran problema, con el que se enfrenta nuestra generación: el problema de dar nuevo contenido a las festividades judías que abrevan en las fuentes tradicionales religiosas, y se visten de modo laico, relevante a nuestra concepción y nuestra realidad.

 

Es un problema importante y digno de atención. Nosotros, los venidos de la Diáspora, hemos perdido algo caro a nuestros corazones: las ricas vivencias relativas a cada festividad judía. Vivencias maravillosas que, hasta el día de hoy, cuando las recuerdo, añoro la riqueza y el sentido que había en ellas. No daré detalles. Los que lo vivieron en su infancia, en la Diáspora, entienden de qué hablo. Los jóvenes no lo entenderán de todos modos, porque no lo han sentido.

 

No obstante, el problema debe preocuparnos: cómo salvarnos del desierto que nos acompaña y que marca nuestras festividades.

 

Hemos perdido nuestro pasado, y aún no hemos creado algo nuevo, y por eso existe un peligroso espacio vacío en este terreno, que es cultural y espiritual. Y con todo el respeto a los que trabajan para esto, por favor comprendan, que la velada que nos prepararon podía haber tenido lugar en cualquier noche del año, un sábado a la noche, como una velada de entretenimiento y diversión, ¡en especial por haber traído una orquesta para el baile! Todo muy lindo.

 

Pero qué tiene que ver todo ello con la Fiesta de la Cosecha, la Festividad de Sucot, es difícil de comprender…