Ehud Rabin
No Todos los Días es Purim
No todos los días es Purim, pero dentro de dos días, ciertamente lo es. En los últimos años parecería que esta festividad fluye hacia una mitzvá conectada con ella y que se centra en un solo aspecto de la estructura general de la fiesta: el banquete (que incluye beber "hasta no distinguir"), y si se logra esto, "aumenta la alegría". Quizás convendría adoptar otras mitzvot-metas de esta fiesta.
La primera tarea relacionada con Purim, por mucho que pueda sorprender a algunos de nosotros, es simplemente leer la Meguilá. En otras palabras, debemos saber, conocer y aprender la historia de lo sucedido, el contexto del cual surgió y se convirtió en una festividad. La historia de la Meguilá es el hilo conductor que une a las generaciones judías con la festividad de Purim, incluso si no están de acuerdo con el texto, e incluso si ese texto sirve de base para la interpretación y los comentarios, en el sentido de que "cada generación tiene sus propios intérpretes".
Pero quiero llevar las cosas más allá de Meguilat Ester, porque cada festividad (nacional y también local) tiene su propia meguilá, su historia especial, que se debe evocar año tras año, leerla, estudiarla, recordarla y hacerla recordar. Precisamente si la entendemos cada vez de otra manera, e incluso si descubrimos en ella cosas que estaban ocultas a nuestros ojos en épocas anteriores, esta reiteración anual es necesaria.
La mitzvá de leer la Meguilá de cada festividad nos dice que no hay nada sin motivo, que una festividad no es algo separado de cualquier contexto. Por el contrario, tiene una idea, un motivo, una historia que debe ser verificada año tras año. Más aún si debemos confrontarla también con los eventos actuales o con las cambiantes visiones del mundo.
En mi opinión, no es tan importante saber cuántas verdades históricas contiene el relato de Purim, las cuestiones más importantes que surgen de él son las relaciones entre los pueblos, las religiones y las culturas; la actitud ante la matanza, el exterminio y el saqueo; los mecanismos de gobierno; los roles y la condición de las mujeres; los instintos que imponen el comportamiento y otros temas, cada uno de los cuales puede ser un punto de partida para la autocontemplación.
Lo mismo se aplica a otras fiestas y sus meguilot-sus relatos, aun cuando se trata de festividades modernas, desde el Día de la Independencia hasta el aniversario del kibutz. El "legislador", el creador de la halajá, aparentemente previó lo que habría de suceder y convirtió la lectura de la Meguilá en una mitzvá para no caer cautivos de las costumbres (que son las expresiones populares) y no descuidar el relato de fondo. En el caso de Purim, para que las matracas, los disfraces y los oznei Amán no releguen a Meguilat Ester a un lugar marginal.
Ein Hahoresh, Purim 5771-2011