Chana, madre de siete, la heroína que lleva a sus hijos a sacrificarse en la guerra por su lealtad a sí mismos, podría decirle a Avraham Avinu cuando ella dijo: Usted elevó un altar y yo hice siete altares.

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Generación del sitio y la fortaleza que recibió flechas y no retrocedió, que no abandonó ningún punto y no permitió desalojar ningún lugar en el asentamiento que construyó, fortificó y conquistó durante el sitio, que sacó a defender hijos, hijas y nietos, que elevó a la costa del lugar sitiado buques de inmigrantes que tienen miedo de situarse en el frente de trabajo y defensa, esta generación puede decirle a Yossef Trumpledor y a Aharon Shar, hombre de Tel Chai: "No cuando duerman. No fueron solos. Cuando nos encontró la batalla la recibimos y bendecimos. No cumplimos un solo Tel Chai, sino que toda la Tierra fue Tel Chai. Tels Chais."

 

Berel Katzenelson, introducción al libro «Revueltas de 5696», junio 1938.

 

La comparación entre Chana que sacrificó siete hijos de hecho frente a Avraham que estaba dispuesto a sacrificar a un hijo como prueba, Berel Katzenelson la eleva en la relación entre los defensores de Tel Chai que se enrolaron para cuidar un solo punto, y la generación que dirigió una lucha mucho más extensa en 5696. Pero contrariamente a Chana y a sus siete hijos, la generación de 5696 no sale solo con el honor en sus manos. Su postura heroica le permite ejercer en toda la tierra Tel Chais.

 

Y el corazón pregunta: ¿Cuál es el destino que le espera al heroísmo hebreo con la renovación de la vida de la patria? ¿Obtendremos una renovación del heroísmo de los Hasmonaim, que es recompensado no solo en su conciencia, sino también en su victoria?

«De generación en generación no se ha volcado sangre más pura que la de los aradores de Tel Chai.» Pero no como rebeldes desesperados y como víctimas de la inquisición mueren en la Tierra de los aradores y defensores. La tristeza de su muerte es el dolor de Saúl y Jonathan, que fundaron la libertad de Israel. En su vida y también en su muerte nos dicen: Apiádense, apiádense de mi pueblo.»

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Berel Katzenelson, «Libro del Heroísmo», primera parte, Tevet 5711

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Las palabras de Berel hacen eco a la frase de Trumpeldor. Contrariamente a la muerte heroica de preservación del honor en la diáspora, la muerte por la preservación de la obra de construcción en la Tierra de Israel es una muerte que tiene significado y consecuencias para el futuro.