Ésta es una historia digna para educar a los niños,

ésta es una historia digna para educar a los niños,

ésta es una historia digna para educar a los niños,

ésta es una historia digna.

 

Martes, 12 de mayo de 1992,

una mujer sale de su casa en Jerusalén

era un día común y corriente, sin nada especial, como todos los días.

La calle estaba llena de niños, había huelga de maestros

y a esa misma hora, un terrorista infame

arrojó un cuchillo de cocina con el que había apuñalado a dos jóvenes inocentes.

Otro ataque cruel y brutal,

otro atentado nacionalista.

Huyó corriendo porque lo perseguía una multitud

que lo atrapó unos segundos más tarde en un estacionamiento.

Decenas de personas lo pateaban, querían ajustar cuentas;

no los juzgo, es un suceso ilógico,

una situación defectuosa, triste, maldita, poco clara.

Pero entonces llegó esa mujer y cambió el final de la historia

porque inmediatamente se tendió y protegió con su cuerpo

a un terrorista, pero también a un hombre que sin ese cuerpo sería un cadáver.

"No entiendo, ¿no tenías miedo con un loco debajo de ti y la multitud tan cerca?

¿No habría sido más fácil levantarse y marcharse"?

Ella respondió al periodista que no había tenido tiempo para pensar,

respondió al periodista que no había tenido tiempo para pensar.

 

El caso de esta mujer quedó grabado en mi cabeza,

¿dónde encontró la fuerza para seguir allí acostada sin moverse, sin temer?

Me pregunto qué habría hecho yo en su lugar

si justo a esa hora hubiera pasado por aquel lugar.

Está claro que no lo habría pateado,

pero para ser honesto y decir la verdad,

no creo que hubiera podido actuar como ella,

es mucho más probable que hubiera huido corriendo

o, a lo sumo, habría intentado encontrar un policía o algo;

pero ella siguió allí hasta que sus fuerzas se agotaron.

Durante veinte minutos fue pateada,

sus hijos lo vieron y no dejaron de llorar.

 

Esa mujer no se convirtió en un símbolo

y su nombre, en realidad, se borró de las conciencias.

No hay un sello postal de ella,

tal vez porque Israel todavía sigue en lo suyo y no ha madurado

para abraza a un héroe

cuyo heroísmo no es bélico, un héroe

cuyo heroísmo no es militar, un héroe

cuyo heroísmo es sólo moral,

un héroe mujer, y más aún ultraortodoxa.

 

Debes saber, querida mujer, que no he olvidado,

me prometí que la historia de tu heroísmo

es una historia digna para educar con ella a los niños.

Ésta es una historia digna para educar con ella a los niños,

ésta es una historia digna para educar con ella a los niños,

ésta es una historia digna.

 

Ésta es una historia real sobre una heroína que no fue coronada y no creó un mito a su alrededor, porque sólo se mantuvo fiel a la educación que había recibido, que la ayudó a seguir siendo "un ser humano" precisamente en una situación tan difícil.

Por eso, en Janucá enciendo una vela en su honor.

Janucá 5768 - 2008

 

Categorías: Fuentes y textos, la Edad Moderna y el sionismo, reflexión, canciones y melodías, heroísmo

 

Palabras clave: Heroísmo femenino