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Fuentes y filosofía/
Janucá

Jaim Najman Bialik

En la ciudad de la matanza

Ven, que te llevaré por sitios asquerosos,

por zahurdas, retretes... En estos hediondos pozos

fueron a refugiarse los claros descendientes

de aquellos macabeos de sagrada simiente.

Cobardes, apiñábanse hombre sobre hombre,

y entre fango y estiércol ensalzaron Mi Nombre.

Después de huir cual ratas, se estuvieron ocultos

como chinches, y luego como perros murieron.

Y cuando amaneció, con sus cuerpos sepultos

en grande suciedad, sus tristes hijos dieron.

¿Lloras y te avergüenzas? ¡No! Haz rechinar los dientes

y ahoga tu dolor aunque revientes.

 

En su poema "En la ciudad de la matanza", Bialik critica las acciones de "los hijos de los hijos de los Macabeos", y en "A los voluntarios del pueblo" compara la generación de los Macabim con la nuestra y exhorta a tomar ejemplo de ellos: "Poned de pie a vuestro pueblo, cread una generación! ¡Revelad oh, revelad la luz!"

 

A los voluntarios del pueblo

 

¡Revestíos de fuerza! ¡Alistad la fuerza!

En grutas entre rocas, en bosques umbríos,

se reunían los refugiados en tiempos de los asmoneos.

El chirrido de las espadas y el cantar de los salmos

se aunaban para derramar la sangre de bosques y rocas

y en los escondites de los bosquecillos, en las grutas tenebrosas,

se forjó la gran salvación.

Somos una generación sometida e impotente, hijos de un pueblo pobre,

lucharemos sin claudicar por los corazones de nuestros hijos.

¡La palabra de D's es nuestro pilar derecho

y nuestro martillo aplastante!

Aún no hemos malogrando toda nuestra fuerza,

¡de D's emana nuestra fortaleza!

 

¡En ayuda del pueblo! ¡En ayuda del pueblo!

¿Con qué? No preguntéis, ¡con lo que encontremos!

¿Con quién? No lo examinéis, ¡todo aquel cuyo corazón lo oriente!

Aquellos cuyos corazones se ven afligidos por los males de la nación

que se incorporen al campamento, ¡no serán apartados!

Todo sacrficio será bien recibido, toda entrega será bien aceptada:

¡en momentos de peligro no se es selectivo!

Todos los remanentes del bien, los restos de la fuerza y de la luz

que D's ha dejado aún en el interior de nuestros corazones,

recojamos y reunamos,

y enarbolémoslos en el día de nuestra prosperidad;

así se integrará a nosotros desde el naciente

 hasta el poniente

¡un gran ejército en ayuda del pueblo!

 

¡Exponed la luz! ¡Revelad la luz!

Si sobre nosotros se acumulan montes de tinieblas,

no se han apagado todas las chispas, no han finalizado;

de los montes de tinieblas excavaremos la llamarada,

de las grietas entre las rocas extraeremos miles de zafiros.

En el suelo del pueblo y en el fondo de su alma

aún brillará y relucirá Su Shjiná.

¡Oh, venid juntos para la gran labor!

¡Haremos rodar los montes tenebrosos, lo haremos!

¡Revelaremos las múltiples capas de luces!

¡Oh, hijos de los Macabeos!

Poned de pie a vuestro pueblo, haced surgir una nueva generación!

¡Exponed la luz! ¡Revelad la luz!

 

 

Categorías: Fuentes y textos, la Edad Moderna y el sionismo, poesía, heroísmo

 

Palabras clave: La fiesta del heroísmo sionista, jalutziut, macabeos, luz, crítica del galut

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