Ante todo debemos allanar todos los pliegues del corazón, refinar e iluminar los pensamientos. Es necesario que la idea remonte vuelo hasta las últimas moradas estrechas y oscuras en las que habitan nuestros hermanos. Ellos se despertarán de la desolación y el congelamiento, porque a la vida de todo nuestro pueblo advendrá un nuevo contenido. Y cuando cad uno preste atención a su propia situación, el anhelo se apoderará de él con toda su intensidad. ¡Cuánto habrán de crecer el honor y la gloria que aguardan a los pioneros, los primeros en marchar hacia el combate por esta idea!

Por ello creo que una generación nueva y maravillosa surgirá en el seno de nuestro pueblo; la generación de los Macabeos resurgirá y renacerá.

Vuelvo a leer mis palabras introductorias: ¡Los judíos que lo deseen llegarán al reposo y a la heredad!

Ha llegado el momento de que vivamos seguros en la tierra de nuestra propiedad y de que muramos seguros en ella.

En nuestra libertad, se convocará la libertad para los habitantes del mundo entero, con nuestra riquezá se enriquecerán, y con nuestra grandeza se engrandecerán también ellos.

La obra de nuestras manos, que haremos allí para nuestra felicidad y nuestro éxito, será símbolo y paradigma de gloria y bendición para toda la tierra.

 

 Biniamin Zeev Herzl, párrafo final de El Estado Judío, 1895

 

Herzl ve a la generación que construirá y concretará la idea sionista y que creará el Estado de los judíos, como la renacida generación de los Macabim.

 

 

 

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Palabras clave: La fiesta del heroísmo sionista, Herzl, Macabim