Moti Zaíra
Preparativos para la Noche del Seder
, "Desgarrados estamos", págs. 239-240. Años '20
La preparación con vistas a la festividad, que era parte inseparable del clima de Pesaj en casa de mis padres en la Diáspora, se trasladó a los patios de los poblados:
"Se sacaban todas las mesas afuera, y comenzaban a pintar el comedor", contaba Yosef Edelstein sobre el inicio del Seder de Pesaj en Ein Jarod. "Las vigas del techo eran cubiertas de verde con todo lo que encontraran", completó Shlomo Laví en sus memorias. "Traían cañas de junco verdes, hasta que el techo negro ya no se veía. Las paredes blancas eran adornadas con hojas de palma y flores silvestres primaverales traídas de cualquier parte". En Degania compraban vajilla nueva. En Kiriat Anavim, "arañas traídas de los hogares paternos, archivadas en cuidados paquetes como piedras intocables, eran desenvueltas en honor a la fiesta". En Tel Yosef se sacaban afuera todas las sábanas del depósito, "eran lavadas y planchadas y extendidas sobre las mesas". Y en las Compañías de la Brigada de Trabajo en Jerusalén –que sería luego el grupo inicial del kibutz Ramat Rajel– cocían ropa nueva festiva para todos los compañeros.
Moti Zaíra, "Desgarrados estamos", págs. 239-240.